Sectarismo
Quiero reiterar mi protesta por las viñetas que Forges dedica a los acontecimientos derivados de la atrocidad de las Torres Gemelas. Me cuesta creer que no haya recibido EL PAÍS un aluvión de cartas contra la que apareció el 13 de septiembre, en la que los miles de víctimas inocentes asesinadas en el crematorio de las torres se transformaban en las chamuscadas barbas de un antipático Tío Sam. Una imagen equivalente a propósito de cualquier salvajada de ETA, como la de Hipercor,hubiese sido atribuida a una ideología próxima a la de esa banda fanática y hubiese recibido la condena general de los lectores. ¿Por qué no dibuja Forges las barbas chamuscadas de Bin Laden a propósito de la reacción de EE UU? Hay pocos pacifistas auténticos, es decir, absolutos y, por tanto, coherentes; algo muy distinto del sectarismo seudohumanitario de nuestros antinorteamericanos retrógrados, lo que en Inglaterra llaman pinterismo, por las actitudes del dramaturgo Harold Pinter que lo encarnan entre los intelectuales.
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