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El ataque al Ayuntamiento de San Sebastián recrudece el debate sobre su seguridad

El Ayuntamiento de San Sebastián, agitado por la crisis entre los dos grupos del equipo de gobierno (PSE-EE y PP), tuvo en la noche del jueves un nuevo sobresalto. Sobre las 23.30 una veintena de encapuchados, cargados con cócteles mólotov, atacaron el edificio consistorial y una oficina de Viajes Marsans, ubicada en las inmediaciones. Los artefactos rompieron los cristales del despacho municipal del PP, penetraron en su interior y provocaron un pequeño incendio que afectó a una silla, una mesa y un ordenador. Los daños fueron mínimos, pero el ataque recrudeció el debate sobre la seguridad en un consistorio en el que buena parte de los concejales lleva escolta.

'Hace bien poco hablamos con el alcalde y le dijimos que esto no podía seguir así, que había que poner medidas de seguridad', lamentaba el concejal del PP Carlos Sancho. De hecho, las discrepancias entre los dos grupos de gobierno se recrudecieron por la propuesta del PP de 'crear una partida para reforzar la seguridad del ayuntamiento' en los presupuestos municipales de 2002, según el senador de este partido por Guipúzcoa Gonzalo Quiroga.

Desde el PSE-EE se apresuraron a asegurar que el alcalde, Odón Elorza, encargó al jefe de la Guardia Municipal la elaboración de un informe para implantar medidas de seguridad.

Bomba contra una concejal

El sabotaje de San Sebastián no fue el único. Los violentos destruyeron ayer por completo con una bomba casera una vivienda propiedad de la concejal del PP María Dolores Oleaga, en Zurbano, a cinco kilómetros de Vitoria. La familia acababa de cerrar la casa la semana pasada, tras pasar en ella los tres meses del verano. Oleaga, de 60 años, madre de tres hijos y abuela de dos nietos, contempló, desolada y rabiosa, la casa donde nació totalmente derruida.

El artefacto, compuesto por cuatro bombonas de cámping-gas y un cohete pirotécnico, causó estragos en la estructura de madera. El fuego dañó el tejado, que se desplomó sobre el interior de la casa, derrumbándola.

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Esta propiedad de Oleaga, que habitualmente vive en Vitoria, fue objeto de pintadas amenazantes dos veces hace varios años. La edil, que lleva escolta, señaló que no abandonará su puesto. 'Siento una rabia muy grande pero no voy a tener miedo y a ser cobarde para que ellos encima se alegren'.

El presidente alavés del PP, Ramón Rabanera, recordó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, que es su obligación garantizar que todos los partidos puedan presentarse en condiciones de igualdad.

Varios miles de personas se manifestaron ayer en Pamplona contra la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado en esta comunidad. A la protesta -convocada bajo los lemas 'Euskal Herria ni os quiere ni os necesita' y 'Hacia la solución democrática, fuera de aquí'- acudieron varios dirigentes de Batasuna, entre ellos Arnaldo Otegi, Joseba Permach, Pernando Barrena y Juan María Olano.

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