_
_
_
_
ESTADOS UNIDOS | ACTUALIDAD INTERNACIONAL

Los escritores y el 11 de septiembre

La escritora A. M. Homes (El fin de Alice), que vio desde su apartamento en Nueva York cómo se desplomaban las torres, comentó que las asombrosas imágenes que hemos presenciado nos han convertido a todos en corresponsales de guerra. Y una de sus consecuencias es que estos atentados terroristas en Nueva York y Washington han transformado el panorama artístico y literario de Estados Unidos. La extraordinaria dimensión de la tragedia -más de seis mil cadáveres- ha dejado obsoleto el estilo y los argumentos de muchos de los libros más prometedores de la temporada. Un profundo sentido trágico de la vida, a nivel nacional, afecta los actos de los habitantes de este país. Muchos de los libros anteriores al 11 de septiembre parecen ahora reliquias de otra época. Richard Ford (El periodista deportivo e Incendios) ha escrito que 'un axioma del conocimiento que el novelista tiene de la realidad es que la importancia de una muerte se mide por cuan significativa ha sido la vida del fallecido. Por tanto, morir, como tantos murieron el 11 de septiembre, parece que nubla e invalida la vida en su totalidad'. Por su parte, el escritor Kurt Anderson, no ha podido tirar a la basura los cientos de papeles que volaron desde las torres hasta su jardín de Brooklyn, 'un detritus de oficina banal, demasiado extraño y triste como para guardarlo y demasiado extraño y triste como para tirarlo'. Allan Gurganus revela 'estar entristecido por nuestra nación. Esta asombrosa invención parece estar últimamente tan desconectada, ser tan arrogante, que ni siquiera sabíamos que nos podían herir'. En esta época de verdadera incertidumbre, el público estadounidense se ha volcado a buscar explicaciones. En las bibliotecas no hay casi libros sobre el islam o la situación en el mundo árabe debido a la gran demanda. Las profecías de Nostradamus y la Biblia, especialmente el libro del Apocalipsis, se han convertido en best sellers. Como en la Depresión, cuando Hollywood producía suntuosos musicales en medio de una hambruna generalizada, el escapismo es una salida: el alquiler de vídeos de comedias ligeras está por las nubes. La literatura es también una víctima. Quizá el único efecto positivo que se puede esperar después de aquel martes es que no parece que la trivialidad literaria del mundo anterior vaya a estar en las listas de libros más vendidos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_