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El Pentágono pide a Hollywood guiones de la crisis

Puesto que la realidad ha superado la ficción, el Pentágono ha decidido recurrir a Hollywood para imaginar nuevos guiones de ataques terroristas y elaborar posibles contraofensivas. La semana pasada varios cineastas -entre ellos los guionistas de La jungla de cristal y Delta force- se reunieron con responsables de la inteligencia militar en el Institute for Creative Technologies (ICT), un departamento de la Universidad de Southern California creado y financiado por el Pentágono.

El director creativo del ICT, James Korris, confirmó que se habían celebrado dos videoconferencias, pero no dio más detalles. Una fuente citada por Reuters aseguró ayer que las reuniones se habían centrado en 'amenazas a corto plazo contra EE UU'.

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El ICT, con sede en Marina del Rey, se creó hace dos años, en agosto de 1999, entre la Universidad de Southern California y el Pentágono, con la idea de inventar simuladores informáticos sobre situaciones extremas, utilizando historias y efectos especiales muy parecidos a los que se usan en los videdojuegos o las películas de acción, con el propósito de entrenar a las tropas en un contexto internacional imaginario.

Tras los atentados, el Ejército decidió que necesitaba recurrir al mundo virtual para encarar la 'nueva guerra'. Entre los que participaron en los encuentros de la semana pasada figuran, entre otros, Steven DeSouza, guionista de La jungla de cristal; Joseph Vito, director de Delta force one y Desaparecido en combate, y el creador de la serie televisiva MacGyver, David Engelbach. Extrañamente también estaba presente el director de Grease, Randall Kleiser.

El argumento de los largometrajes da unas pistas sobre las preocupaciones de Washington. En La jungla de cristal, un policía de Nueva York rescata a un grupo de rehenes de un rascacielos de Los Ángeles. En Delta force, un equipo de científicos y militares investiga un grupo terrorista que amenaza con lanzar un ataque bacteriológico. En Fight club, un hombre desencantado por la sociedad se convierte en un marginal que vuela edificios.

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No es la primera vez que el Pentágono recurre a Hollywood. En la primavera de 2000, durante el bombardeo de Kosovo, el Departamento de Defensa pidió a la división de efectos especiales digitales de los estudios Paramount que perfeccionaran un simulador de situaciones de crisis conocido como Final Flurry. El resultado fue Story Drive Engine (DSE), un software que, según su creador, el guionista Larry Tuch, 'crea un marco interactivo de la situación geopolítica del mundo en 2008, con distintas historias, noticias de televisión o informes de los servicios de inteligencia'.

El Pentágono está preocupado por el aspecto humano de sus operaciones, sobre todo cuando tiene que mandar fuerzas sobre el terreno que necesiten contactar con las poblaciones locales. En uno de sus centros de entrenamiento en Alemania, el Ejército contrató a actores para que jugaran el papel de civiles antes de mandar a sus tropas a la ex Yugoslavia.

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