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LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Los créditos oficiales son insuficientes para reanimar la economía de Silicon Alley

'Nuestra oficina estaba en el piso 23 de la Torre 2. Hemos perdido unos 300 millones de pesetas en equipos, información y material. Además perderemos los beneficios previstos para este año, unos 600 millones'. George Benoit es el presidente de Careerengine.com, una de las 30 empresas de alta tecnología que han perdido su sede a causa del atentado contra Nueva York.

Él ha tenido la suerte de estar vivo para contarlo y sus 11 empleados, también. 'Pero ahora hay que enfrentarse a la realidad económica. Perderemos dos meses de trabajo y vamos a pedir un préstamo que no sé si podremos pagar'.

Esa duda rondaba en la cabeza de las más de quinientas personas que asistieron la pasada semana a la reunión organizada por la Asociación de la Industria del Software de Nueva York. Las primeras estimaciones aseguran que el impacto del atentado sobre la economía global de la ciudad será de 200.000 millones de pesetas. 'Aún no sabemos con certeza las cifras para nuestra industria, pero la situación es dramática', afirmó el presidente de la Asociación, Bruce Bernstein.

Él fue quien tuvo que contener la ira de algunos de los presentes en la reunión, que se quejaban del tipo de ayudas de emergencia proporcionadas por el Ayuntamiento y el Gobierno Federal. 'No hay ni una sola subvención. Todos son préstamos y algunas donaciones. Con eso salimos del paso hoy, pero mañana muchos no podremos pagarlo y nos hundiremos', aseguraba un empleado de una firma del Silicon Alley neoyorkino.

Minutos antes, Ann Kayman, representante del alcalde en la reunión, explicaba orgullosa los diferentes créditos que ofrecía el ayuntamiento: 'Hemos establecidos oficinas de información y consultoría financiera y créditos blandos con sólo un 4% de interés'. Kayman también ofreció espacios alternativos para las empresas desplazadas por los atentados. 'Tenemos un programa de oficinas precableadas por toda la ciudad, NYC Digital, cuyo precio de alquiler es la mitad del precio de mercado'. 1.150.000 metros cuadrados de oficina han quedado sepultados bajo los escombros de las Torres Gemelas. Pero hay otros espacios que de momento no son utilizables, los de empresas afectadas indirectamente, las que estaban en la zona y aún no pueden volver a usar sus locales. 'NYC Digital está funcionando muy bien. En dos semanas hemos alquilado más de medio millón de metros cuadrados de oficinas incluidas en el proyecto', afirmó Kayman.

Ancho de banda prestado

Todas esas cifras no fueron acogidas con excesivo entusiasmo. 'Los créditos son positivos, pero hay que buscar fórmulas de subvención y contratos si queremos que la industria de Internet del Alley vuelva a resurgir', apuntó Bruce Bernstein, que provocó el aplauso más sonoro de la tarde. Sus temores se centran sobre todo en las empresas start-up, las que aún no habían declarado beneficios. 'Mi empresa está en el área congelada. Sólo he pasado tres semanas sin poder acceder a ella, pero en la práctica significará un retraso de meses en nuestros proyectos', afirmó a Ciberp@is Vincent Yeh, de Cardboard Cookie Corporation.

Tampoco se sabe aún cuantas empresas sufrirán otros daños. 'Nuestro principal cliente estaba en el WTC, le hacíamos la publicidad en línea. En su empresa nos aseguran que no podrán pagarnos hasta dentro de seis meses, no sé qué vamos a hacer' explica el presidente de Clay Marketing, Louis Tharp.

Muchas ayudas vienen de ONG como Siliconalleycares.org, que ha organizado una base de datos de voluntarios que incluye gente cualificada del sector tecnológico para lo que haga falta, o NYC Wireless, que ofrece abrir ancho de banda de redes inalámbricas de empresas del norte de la ciudad a los ciudadanos y compañías afectadas. 'Tomamos prestado el ancho de banda a través de un sistema de antenas y así duplicamos los accesos a la red', explica Anthony Townsend, el promotor del sistema.

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