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El juez interroga a un empresario sospechoso de ocultar la peste porcina

El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lleida, que investiga el origen de la peste porcina clásica (PPC) en varias comarcas de la provincia, interrogó ayer al gerente de Pinsos Gatnau, Josep Miquel Gatnau, uno de los 15 imputados en las diligencias abiertas por la Fiscalía de Lleida como sospechosos de haber ocultado la aparición de la enfermedad y haber favorecido su propagación a otras explotaciones. También declaró Sebastià Bonjoch, propietario de una granja de Golmés, integrada en Pinsos Gatnau, en la que se declaró uno de los primeros focos.

Gatnau negó haber escondido de forma deliberada la existencia de animales enfermos en sus granjas. Después de más de tres horas de interrogatorio efectuado en presencia del fiscal especial del caso, el abogado del empresario, Francesc Sapena, explicó que su cliente ha podido aportar en las últimas semanas abundante documentación que demuestra que actuó correctamente en todo momento, desde que adquirió los lechones en Zamora -a precio de mercado- hasta que los veterinarios observaron los primeros síntomas de la enfermedad y lo pusieron en conocimiento de Agricultura.

A precios de mercado

Entre los documentos aportados por Pinsos Gatnau a la causa -que ya acumula más de 1.500 folios- destacan las guías sanitarias de los animales, las facturas que demuestran que se pagaron 13.000 pesetas por cada uno, un precio alto de mercado, y diferentes informes veterinarios que indican que los cerdos eran analizados periódicamente y que los síntomas que presentaron en la fase inicial podían confundirse con los de otras enfermedades comunes en el ganado porcino. 'Los responsables de la empresa informaron a la Generalitat el primer día que tuvieron la certeza de que algunos cerdos tenían el virus de la peste', señaló Sapena.

El juez que instruye las diligencias del caso, abiertas a raíz de una denuncia presentada por el Departamento de Agricultura, ha citado para el próximo día 22 a otros dos imputados relacionados con Pinsos Gatnau. Se trata del veterinario Ramon Grau y del trabajador de la granja de Golmés, Antonio Cantó. El sindicato Unió de Pagesos (UP) se ha personado en las diligencias como acusación particular.

Por su parte, el consejero de Agricultura, Josep Grau, afirmó ayer en Vielha que está convencido de que la justicia le dará la razón y demostrará que hubo algún empresario que no actuó como debía y, por tanto, tardó varios días en declarar la enfermedad. De este modo, Grau se refería de nuevo implícitamente a Pinsos Yak, una de las cuatro empresas expedientadas por la Generalitat y denunciadas ante la Fiscalía de Lleida como sospechosas de haber propagado la peste. Los responsables de Pinsos Yak también serán interrogados próximamente por el juez que investiga el origen de la peste.

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