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Un nuevo curso de formación para ser profesor unificará los modelos actuales

El proyecto, similar al de 1995 que apenas se ha aplicado, se conocerá antes de 2002

Carmen Morán Breña

El Curso de Aptitud Pedagógica (CAP) es obligatorio en España para todos los titulados que quieran dedicarse a ser profesores de primaria o secundaria. Con la reforma educativa, además, urge, porque proporcionará a los futuros profesores las estrategias para afrontar con éxito la nueva realidad de las aulas: una mezcla de alumnos de diferentes edades, motivaciones, capacidades y hasta culturas. Educación ultima un nuevo real decreto que regulará el nuevo Curso de Cualificación Pedagógica (CCP) y que se ha debatido con los profesores universitarios que lo organizarán.

El nuevo texto ha sido bien recibido, en general, en las universidades (por lo que conocen hasta ahora. No es definitivo y no ha trascendido información oficial alguna). Aunque no muchas, incluye alguna novedad sobre el que el PSOE redactó en 1995: pasará a ser enseñanza reglada formando parte de la carga docente de los profesores que lo imparten; será un poco más corto que el CCP de 1995, pero más largo que el antiguo CAP: entre 500 y 600 horas, de las cuales, entre 150 y 200 horas serán para prácticas en los institutos de secundaria, imprescindibles para adquirir experiencia docente sobre el terreno. Ya no será obligatorio hacer el curso en la misma especialidad en la que el futuro profesor se haya titulado.

Otra de las novedades es que gran parte de la teoría, hasta 300 horas, podrá cursarse en los dos últimos años de carrera como asignaturas optativas o de libre configuración, una de las tradicionales demandas de los estudiantes, que preferían ir preparando el CCP mientras estudiaban la carrera.

El Instituto Superior de Formación del Profesorado, dependiente del Ministerio de Educación, opta así por un modelo mixto, al que, en principio, nadie pone pegas. Pero el decreto, abierto a las sugerencias de los profesores, permitirá que el curso sea totalmente de posgrado si así lo decide la universidad. 'No estamos en contra de que algunas horas se puedan cursar como asignaturas optativas durante la carrera, pero creo que 300 son excesivas porque, para que el curso sea efectivo es necesario simultanear las prácticas con la teoría', opina Isabel Brincones, directora del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Alcalá de Henares.

La crítica de Brincones la comparte Luis Martín, de la Universidad de Sevilla. Cree que no se debe desvincular demasiado teoría y práctica. Martín encuentra otras pegas al nuevo decreto: 'La universidad será reacia a poner más optativas porque ya hubo batallas campales cuando se diseñaron las que hay ahora', dice.

A Martín, como a Luis Rico, de la Universidad de Granada, les preocupa además el precio del curso. Es más largo, se pretende además que haya una buena coordinación entre los profesores universitarios y los catedráticos de instituto para impartir las clases. Y todo esto hay que pagarlo. 'En Granada', dice Rico, 'hemos calculado que el nuevo CCP costaría entre 4.000 y 5.000 millones de pesetas. Creo que eso no es dinero para el ministerio, que podría costearlo'.

Pero lo previsto es que lo paguen las comunidades que tienen las competencias educativas transferidas, y serán las encargadas de diseñar al detalle, mediante convenios con las universidades, el nuevo CCP una vez definidos los requisitos mínimos.

La coordinadora del CCP de la Universidad Autónoma de Barcelona, Neus Sanmartí, calcula que un curso de 30 alumnos podría costar unos 20 millones. Sanmartí cree que no habrá muchos titulados que quieran hacer este curso porque no hay tanto futuro laboral, 'las plantillas de profesores casi no se mueven, y habrá que dedicarle más tiempo y dinero'. Pero Luis Martín no tiene tan claro ese punto. 'Los que ya han implantado un curso más largo no reciben mucha demanda porque otras universidades están ofertando todavía cursos más cómodos', explica.

El nuevo CCP, con algunas críticas, nace al gusto del profesorado, aunque discrepen sobre quién tiene que pagarlo. Algunos ya pusieron en práctica hace años un curso similar y los precios no han cambiado mucho. En la Universidad Autónoma de Madrid el alumno paga 26.000 pesetas. César Sáenz de Castro, director de Instituto Universitario de Ciencias de la Educación de dicha universidad, explica que es barato porque los profesores de instituto que imparten la teoría específica son asociados universitarios. El modelo de la Autónoma de Madrid no es exactamente un CCP, pero está lejos de ser un antiguo CAP, muy degradado en la mayoría de las universidades, en alguna de las cuales incluso se puede hacer a distancia, como ocurre en la Complutense.

La urgencia del cambio

Un real decreto de 1995 reformó el antiguo CAP, que pasó a llamarse Curso de Cualificación Pedagógica (CCP) y que debía quedar implantado en el año 2000. Pero la LOGSE se prorrogó dos años más, y con ella, el nuevo CCP. Con la llegada del PP al Gobierno en 1996, el texto socialista de 1995 quedó congelado a la espera de modificaciones y sólo algunas universidades comenzaron a impartir el nuevo curso. La mayoría sigue con el antiguo CAP. Las autoridades educativas han prometido a los responsables universitarios que el CCP definitivo estará listo en diciembre de este año 'o antes' y en octubre de 2002 su aplicación será obligatoria, un tiempo ajustado para adaptarse a los cambios, cuando la mayoría de las universidades ni siquiera han ensayado el de 1995. 'Este tema está aparcado desde hace 30 años', lamenta Luis Rico, de la Universidad de Granada. 'La idea del ministerio creo que en la forma es correcta, pero hay que aplicarle voluntad de aplicación y financiación', dice. La formación del profesorado es clave para combatir el fracaso académico. Hay que atender con tino la famosa diversidad de las aulas. En algunas universidades, como la de Alcalá de Henares, la Autónoma de Madrid y de Barcelona, han puesto en marcha modificaciones teniendo como modelo el real decreto socialista o proyectos parecidos. A éstos no les será difícil adaptarse al próximo cambio. Ya vienen impartiendo un curso más largo, con más prácticas y mayor coordinación entre profesores de instituto y de universidad. En Alcalá, por ejemplo, dedican 60 horas entre tutorías y atención a la diversidad de las 665 horas que dura el curso (230 de prácticas en institutos). El curso se imparte al finalizar la carrera, aunque también ofertan algunas optativas. Cuesta al alumno 52.000 pesetas.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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