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Reportaje:AMÉRICA LATINA

La 'doble A' vuelve a volar

Los trabajadores de Aerolíneas acogen con esperanza la venta a Marsans

El traspaso de Aerolíneas Argentinas a Marsans debe de ser la primera buena noticia en meses para sus trabajadores. El ánimo y la disposición es tal que, incluso en las peores condiciones de mercado, todos confían en revertir el fracaso de los últimos diez años, que dejó un pasivo estimado en mil millones de dólares, para que la empresa se convierta en un negocio brillante y rentable.

En Argentina creen que Marsans se ha hecho con la compañíapor 'las facilidades que seguramente le habrá dado el Estado español'
Marsans prevé que en un plazo de 90 días podrán apreciarse ya los cambios y la recuperación de Aerolíneas
Los sindicatos admiten que la mayoría de los trabajadores están contentos y que no habrá conflictos 'si se cumplen las promesas'

¿Y si fuera Aerolíneas Argentinas una cerilla que se enciende en el túnel que atraviesa la economía de este país desde hace cuatro años? Algo de eso hay en la temblorosa luz de esperanza que se percibe en los ojos de los trabajadores de la compañía aérea de bandera argentina que administraba la SEPI.

Al día siguiente del anuncio oficial en Madrid, la agencia de publicidad que el grupo Marsans había contratado dos semanas antes presentó los nuevos propietarios de la empresa 'a la gente de Aerolíneas' con un breve texto publicado a página entera en los periódicos de Buenos Aires. La compañía formará parte ahora de una amplia red comercial que se propone aumentar el número de aviones y de oficinas en el interior y el exterior del país, buscando una mayor distribución directa de los productos aéreos y paquetes turísticos. Unas horas más tarde, la Asociación de Pilotos le contestaba con un comunicado titulado Ahora, a trabajar, donde se recogía el espíritu de la mayoría de los empleados de la compañía. Dicen los pilotos: 'La experiencia y el perfil profesional del personal de Aerolíneas Argentinas, ansioso de demostrar que 50 años de empresa no han sido en vano, sumado a una dirigencia con creatividad, imaginación, trabajo y una transparente administración, entre otros, pueden llevarnos a recuperar el lugar que supimos tener y más'.

El Estado argentino mantendrá su participación del 5% en el de Aerolíneas Argentinas. El ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, considera que la venta de la compañía a Air Comet, una de las empresas del grupo Marsans de España, es un buen auspicio, 'porque a pesar de la grave crisis que atraviesa el sector en todo el mundo, que la operación se haya llevado a cabo demuestra que hay grupos privados dispuestos a arriesgar dinero en la Argentina con apuestas a largo plazo'.

Por debajo de las formas, quedaban las dudas sobre el detalle de las condiciones en que se cerró el traspaso y en las que será posible la viabilidad de la empresa. La pregunta era: ¿ por qué sería negocio para Marsans, en medio de la aguda crisis del mercado aéreo, aquello que no lo fue para la SEPI durante diez años? Si la consulta se hace en fuentes argentinas de la administración, todo se remite 'a las facilidades que seguramente le habrá dado el Estado español a Marsans para que se hiciera cargo un grupo de ese país y no se considerara a ninguno de los otros postulantes, en especial a los de capitales argentinos. Cualquiera de ellos', insisten estas fuentes, 'lo primero que hubiera hecho habría sido una auditoría contable y una investigación de la administración anterior. Precisamente lo que Marsans no hará con la SEPI. Porque de otro modo se podría comprobar cómo vaciaron la empresa'. El pasado miércoles, el periódico Clarín, que se edita en Buenos Aires, iniciaba con la misma pregunta el análisis de la noticia cuando se anunció el traspaso de la empresa: '¿Por qué Marsans apuesta a Aerolíneas?'. Y se contestaba: 'Para el Gobierno de José María Aznar el tema Aerolíneas era un quebradero de cabeza. Tenía que salir, y apoyándose en alguien confiable. Es un favor y éstos, generalmente, se pagan'.

Desde Argentina, todos ven claras las razones por las que Marsans ha hecho un buen negocio: 'Aerolíneas está en convocatoria de acreedores, de tal modo que pagará sus deudas a largo plazo y con una guita importante. Los convenios laborales están caídos y rigen los de crisis durante tres años, así es que pueden cambiar las condiciones de trabajo casi a gusto. Pueden renovar la flota porque los aviones se consiguen ahora a precios de saldo, y pueden concentrar el transporte del turismo hacia y desde Europa con una flota propia. Todo esto Marsans lo hará financiándose, seguramente, con créditos blandos y un apoyo importante del Estado español'.

Julio Scaramella, un ex periodista argentino que administra su propia consultora de relaciones públicas y se estrenó como portavoz del grupo Marsans, estima que en un plazo corto de 'noventa días' podrán apreciarse ya los cambios y la recuperación de Aerolíneas Argentinas, 'porque viene el verano y hay que vender pasajes, que de eso se trata el negocio. Habrá ofertas y promociones. Marsans es un grupo muy importante que el año pasado facturó 2.000 millones de dólares y no necesita de Aerolíneas Argentinas para ser aún más grande'. Para Scaramella, 'será fundamental el apoyo del público, vamos a ver ahora si los que durante el conflicto se pegaban el calco de todos somos Aerolíneas se manifiestan de igual modo y la eligen cuando tengan que viajar'.

Según Scaramella, todas las dudas y los resquemores de los sindicatos se van a ir resolviendo sobre la marcha. La espuma de la rabia de los sindicatos, que tenían hasta ahora un protagonismo decisivo, se revolvió contra el Gobierno argentino antes de desactivarse. Los rebeldes dirigentes gremiales de los técnicos aeronáuticos, el sindicato que impidió la aplicación del Plan Director propuesto por la SEPI y le obligó a declarar la convocatoria de acreedores, lamentan ahora 'profundamente' que el Gobierno argentino haya decidido no involucrarse en la 'crisis terminal' de la empresa y se suman a la marejada de críticas que por estos días recibe desde todos los sectores el ministro de Economía, Domingo Cavallo, a quien acusan de una 'gestión poco patriótica'. Fuera de registro, los representantes de los sindicatos admiten que la mayoría de los trabajadores 'están contentos, las asambleas van a levantar los campamentos de los aeropuertos y no habrá conflictos si se cumplen las promesas. La gente siente alivio porque no se perdió la fuente de trabajo'.

El ministro Bastos agrega que 'el Estado y el contribuyente argentino también están contentos porque la operación no les cuesta nada en absoluto, las pérdidas de Aerolíneas serán soportadas por la SEPI'. Bastos se reunió con los responsables de Marsans a comienzos de septiembre y conoce sus planes: 'Ellos piensan que las empresas españolas que tienen inversiones en Argentina van a tener interés en participar de una ampliación del capital. Quieren que esta empresa crezca regionalmente y que tenga mucha presencia internacional. Spanair y Air Plus van a ser complementarias de Aerolíneas, no competitivas, como antes ocurría con Iberia'.

La operación ave Fénix está en marcha. El primer paso será pintar en la nariz de los aviones, y encima de la corona que les identificaba con Iberia, el antiguo isótopo de la doble A con el que se conocía tradicionalmente a Aerolíneas Argentinas dentro y fuera del país.

Air Comet asume la mitad de la deuda

Aerolíneas se ha adjudicado a Air Comet, sociedad que forma parte de un consorcio especializado en el sector aéreo turístico propiedad de Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz y Antonio Mata. El consorcio cuenta con el 100% de Viajes Marsans y tiene presencia mayoritaria en otras dos líneas aéreas: Spanair (51%) y Air Plus Argentina (70%). Air Comet se hace con el 92,1% de Aerolíneas Argentinas y el 90% de su filial Austral en manos de la SEPI asumiendo la mitad de la deuda de la compañía, que asciende a 1.200 millones de dólares (217.000 millones de pesetas aproximadamente). Es el precio que paga en la operación, al tiempo que presenta un ambicioso plan de futuro, con el que piensa entrar en beneficios en el segundo ejercicio, y que incluye el matenimiento durante dos años de 6.734 puestos de trabajo y la ampliación de la flota con 23 aviones más, sin que se haya explicado qué inversión va a suponer ni cómo se va a financiar. Sólo se ha indicado que Air Comet se compromete a promover una ampliación de capital por 50 millones de dólares, abierta en un 10% a los empleados de Aerolíneas y en otro 15% a inversores institucionales argentinos. Aerolíneas ha costado al erario púbico español 1.817 millones de dólares y ha estado en pérdidas desde 1990, a excepción de un ejercicio que presentó beneficios por venta de activos.

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