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Ramón quiere ser solista en Viena

Javier Arroyo

El futuro de Ramón está lleno de música. Y sus sueños. Ramón Ortega Quero tiene 13 años, nació en Granada y no sueña con ser abogado ni nada por el estilo. Ramón quiere ser 'solista de oboe en alguna orquesta de Londres o Viena', una meta difícil para la que, a pesar de su edad, lleva ya años trabajando. De momento, ya pertenece a la Orquesta Joven de Andalucía (OJA), con la que ha tocado en dos conciertos. Además, tiene en su haber el premio de Música de Cámara del Conservatorio de Triana, que ganó con su hermana al piano.

Ramón comenzó sus estudios musicales a los ocho años; eso no tenía nada de extraño ya que en su casa se vivió siempre la música con intensidad debido a la profesión y vocación de sus padres, ambos profesores de música. Además, al fin y al cabo, son muchos los niños de esa edad que acuden a los conservatorios. La sorpresa llegó a la hora de elegir instrumento y, cuando todos pensaban que se decantaría por el piano, como hizo su hermana, él se decidió por el oboe, un instrumento muy antiguo y poco mecanizado y por ello muy exigente para el instrumentista. Ramón explica su decisión de un modo muy sencillo: 'Escuché el oboe en varias orquestas y me gustó'. La otra sorpresa, relativa, es la pasión y la dedicación de Ramón por el oboe.

Ramón tiene todavía por delante una larga carrera de aprendizaje; está a punto de empezar el cuarto curso de grado medio del conservatorio, lo que significa que aún tiene siete años más por delante antes de acabar su carrera; luego llegará la especialización. Y siempre, las horas y horas dedicadas a soplar por la caña del oboe.

A pesar de los años que tendrá que esperar para dejar el conservatorio, Ramón sueña con el día que comience a estudiar en la academia que Heinz Holliger, el mejor oboísta del mundo, tiene en Alemania. Sin embargo, el momento en el que conocerá a su ídolo puede llegar antes, en unos meses. Un profesor de la OJA le ha prometido que este verano le presentará a Holliger que, parece ser, veranea en España.

El futuro oboísta profesional ha tocado ya muchas veces en público; la última, el pasado jueves en la apertura del curso del Conservatorio de Granada. La experiencia le ha servido para templar sus nervios: 'Al principio me ponía nervioso antes de salir al escenario aunque delante del público se me quitaba. Ahora no me pongo nervioso ni antes ni después', dice Ramón, un chico de apariencia tranquila y extremada educación.

Uno de los momentos de más ajetreo para Ramón llegó el 27 de marzo de este año cuando en el Auditorio Manuel de Falla de Granada se enfrentó a otros tres oboístas para conseguir una plaza en la OJA. Frente a sus oponentes, de 15, 18 y 20 años, la plaza fue para él.

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En el día a día, Ramón no se aburre: 'Muchas veces no sé que hacer -dice- entonces, toco el oboe'. A Ramón, a poco que le acompañe la suerte, lo aplaudirán en Viena o en Londres, o en los dos sitios.

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