Un accidente con 10 muertos desata la psicosis y paraliza siete horas los autobuses en EE UU
Las autoridades descartan el móvil terrorista al comprobar que la causa fue una pelea
El miedo impera en Estados Unidos. Las portadas de las principales revistas hablan de la amenaza bacteriológica, el rascacielos Sears de Chicago ha sido rodeado de barricadas de hormigón para evitar ataques con coches bomba y las autoridades se refieren diariamente al peligro de nuevos atentados. Esa psicosis explica que el accidente de un autobús en Tennessee, causado por un pasajero con el resultado de 10 víctimas mortales, paralizara durante siete horas el transporte público por carretera en todo el país y dañara un poco más una economía basada en la movilidad. La empresa Greyhound decidió tras el accidente que en adelante todos sus usuarios serían sometidos a un registro antes de subir a bordo.
El conductor del autobús accidentado relató que un pasajero 'con acento extranjero' dio muestras de impaciencia desde el principio del viaje, iniciado en Chicago y con destino final en Orlando (Florida). Poco después de las cuatro de la madrugada, el pasajero atacó al conductor 'con algo parecido a un cúter' y le hirió en la garganta; luego se hizo con el volante y lanzó el vehículo a la calzada contraria. El autobús, con 37 personas a bordo, acabó volcando a 100 kilómetros de Nashville (Tennessee). Murieron 10 personas, entre ellas el agresor, de pasaporte croata.
Greyhound, la única compañía de autobuses que cubre todo EE UU y transporta anualmente 25 millones de pasajeros, paralizó de inmediato todos sus servicios 'como precaución'. Decenas de miles de personas quedaron inmovilizadas en estaciones o a mitad de camino.
El FBI se hizo cargo de la investigación ante la posibilidad de que se tratara de una acción terrorista. 'Todo indica que se trata de un incidente aislado', dijo un portavoz del Ministerio de Transporte.
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