Juan Pablo II afirma que 'la paz no va desligada de la justicia'

El Papa volvió ayer a referirse a 'la terrible tragedia del 11 de septiembre' para subrayar que la Iglesia es consciente de que 'la paz no va desligada de la justicia'. Dada la infinita gama de matices que caracteriza los discursos del Pontífice, estas palabras pueden entenderse como una aproximación a la línea de la curia romana y de la Secretaría de Estado que, días antes, por boca del portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, expresó comprensión hacia la respuesta armada al terrorismo que prepara la Casa Blanca. Juan Pablo II leyó con voz casi inaudible un largo párrafo referido a la situación internacional poco antes del ángelus, en la plaza de San Pedro del Vaticano.

'En el actual contexto internacional', dijo el Papa, 'invito a todos, a cada persona, a las familias, a las comunidades, a rezar el rosario todos los días, si es posible, por la paz, para que el mundo sea preservado del inicuo flagelo del terrorismo'. Karol Wojtyla ha elevado su voz en numerosas ocasiones para condenar la violencia terrorista y, en el caso del terrorismo de ETA, su condena ha sido más rotunda que la de la propia Conferencia Episcopal Española. Ayer, sin embargo, se refería a un terrorismo diferente. 'La terrible tragedia del 11 de septiembre pasado será recordada como un día negro en la historia de la humanidad', añadió. Frente a un hecho así, 'la Iglesia pretende ser fiel a su carisma profético y recordar a todos los hombres su deber de construir un futuro de paz para la familia humana'. 'Ciertamente la paz no va desligada de la justicia, pero ésta debe ser alimentada por la clemencia y el amor'.

Diálogo

Juan Pablo II regresó hace un par de días de un largo viaje a Kazajistán y Armenia, en el que mencionó en casi todos sus discursos la necesidad de mantener a toda costa 'el bien supremo de la paz', y en algunos recordó que el diálogo y la negociación son métodos para resolver los conflictos más acordes a las necesidades de paz de la humanidad, que el recurso a las armas. Aunque el Papa no se pronunció sobre la decisión del presidente George W. Bush de responder a los ataques terroristas con una guerra abierta, sus palabras provocaron el disgusto de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, sumamente influyente, que ha dado cobertura moral a la ofensiva de Bush en una carta pública dirigida al presidente. El Vaticano intentó sintonizar con la jerarquía estadounidense cuya línea, al tiempo, contrastaba con la de Wojtyla.

Ayer, el Papa se decidió a armonizar un poco su postura con la de la Secretaría de Estado vaticana pero no renunció a defender el islam, baqueteado la semana pasada por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que subrayó la superioridad de Occidente sobre la civilización musulmana. Juan Pablo II subrayó la vocación pacífica de las tres grandes religiones monoteístas. 'No podemos dejar de recordar que judíos, cristianos y musulmanes adoran a un dios único. Las tres religiones tienen, por eso, una vocación de paz y de unidad. Que Dios permita a los fieles de la Iglesia estar en primera línea en la búsqueda de la justicia, en la erradicación de la violencia y en la defensa de la paz'.