Los que sufrimos injusticias

Las injusticias siempre las sufrimos los mismos, los que no tenemos apenas medios de defensa. Y siempre las cometen los mismos, los que alcanzan el poder y lo usan a su antojo, prepotentemente. Y más si se trata de un pequeño pueblo que no llega a los 1.700 habitantes.

En Almadén de la Plata hace dos años que gobierna un señor en representación de un partido político tan digno como el PP, sin que dicho partido se merezca tan nefasta representación.

Porque en esos dos años, este señor, además de tener el dudoso honor de haber reunido más pleitos contra el Ayuntamiento o su propia persona que todos los restantes alcaldes anteriores juntos, ha cometido todo tipo de tropelías y desmanes contra los vecinos de su pueblo que se han opuesto a alguna de sus pretensiones o que, ingenuos, han terminado por ser engañados al aceptarlas.

Y todo ello de forma populista, demagógica, abusona; enfrentando a medio pueblo contra el otro, buscando enemigos donde no los hay, desprestigiando a la gente en bares y corrillos, utilizando la ley para obtener, a veces, beneficios propios; justificando todo finalmente como 'lo mejor para su pueblo' y olvidándose de ello en la mayoría de los casos para 'agilizar' sus actuaciones.

De esta forma construyó un camino a través de una finca ajena para llegar a una de propiedad municipal, que ya disponía de acceso aunque fuera estrecho, sin pedir permiso a todos los propietarios, sólo con el de uno de ellos, que es concejal de su partido en el pueblo; atropellando los derechos de los demás e, incluso, mandando a la Policía Local a detenerlos si se oponían a las obras.

De esta forma cerró, cuatro días antes de las fiestas del pueblo, la discoteca que le hacía competencia a un pub musical de su propiedad, asegurándose toda la clientela, basándose en una supuesta ruina económica y sin permitir al arrendatario del negocio que hiciera las obras necesarias para evitar dicha ruina económica.

Y así, entre otras cosas, ahora pretende arreglar una calle del pueblo ocupando parte de una finca urbana de mi propiedad, escriturada y registrada, pero sin que me haya expropiado o comprado el terreno necesario, sino 'por las bravas', basándose en que ya fueron expropiadas anteriormente por la Dirección General de Carreteras, aunque no aporta ningún documento que lo acredite.

Y así muchísimos otros ejemplos que serían largos de contar, y que me hacen pensar que alcaldes como éste, muy parecidos en su comportamiento a Jesús Gil y Gil, desprestigian al partido político que representan.