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Cuiña se defiende de los últimos ataques de la oposición prometiendo a Fraga la máxima lealtad

El Bloque y los socialistas dicen que el consejero 'humilla' al presidente de la Xunta de Galicia

Xosé Hermida

'Humillación', 'chantaje' y 'rebelión a bordo'. Los partidos de la oposición gallega lanzaron ayer durísimos ataques al PP y al Gobierno autonómico tras las declaraciones del día anterior del consejero de Obras Públicas, Xosé Cuiña, quien aplazó la decisión anunciada por su presidente, Manuel Fraga, de deshacerse inmediatamente de sus negocios particulares. Para BNG y PSOE, la actitud de Cuiña es una prueba de que las 'luchas intestinas' en el PP gallego por la sucesión de Fraga están enturbiando la precampaña electoral. El consejero matizó ayer que nunca quiso contradecir a Fraga: 'Mi lealtad al presidente es la misma que a mis padres', dijo.

Después de que estallase la polémica sobre la posible incompatibilidad entre el cargo público de Cuiña y sus acciones en empresas subcontratadas para obras de la Administración, Fraga había anunciado el pasado jueves que su consejero iba a deshacerse de su participación en esas sociedades. Pero Cuiña, el principal aspirante a la sucesión de Fraga, aseguró dos días después que no piensa ceder sus acciones hasta que la fiscalía del Tribunal Superior de Galicia, a la que él mismo recurrió, se pronuncie sobre su supuesta incompatibilidad. Al mismo tiempo, el consejero insinuó que su actitud podría cambiar en caso de que el presidente decidiese que se 'dedique con más intensidad a la vida política'.

Cuiña explicó ayer que fue él mismo quien anunció a Fraga en privado que pensaba vender sus acciones. 'Aunque los órganos de la Xunta ya han dejado claro que mi situación es legal', agregó el consejero. 'Para que no quede ninguna duda quiero que se pronuncie también la fiscalía. Al día siguiente de que haya ese dictamen, venderé mis acciones'. Cuiña desmintió que pretendiese contradecir a Fraga o reclamarle más responsabilidades. 'Hablé de intensidad para decir que, en lugar de 12 horas diarias, voy a dedicarle a la política 15', precisó.

El episodio, en todo caso, dio munición a nacionalistas y socialistas para abundar en uno de sus argumentos favoritos durante la precampaña a las elecciones autonómicas del próximo 21 de octubre. 'Esto es una rebelión a bordo', afirmó en un comunicado el BNG, que interpreta que Cuiña planteó un 'chantaje' a Fraga al ponerle la condición para deshacerse de sus acciones que se le designe 'como su delfín oficial'. Los nacionalistas volvieron a exigir explicaciones parlamentarias del presidente, una petición que el PP ya rechazó la pasada semana valiéndose de su mayoría absoluta. 'Esto es una humillación para Fraga y un auténtico escándalo', declaró el líder del PSdeG, Emilio Pérez Touriño. Para el secretario de organización del PSOE, José Blanco, se ha demostrado que el consejero de Obras Públicas 'es el verdadero candidato electoral del PP'.

Las sociedades de la familia Cuiña recibieron entre los años 1999 y 2000 un total de 180 millones de pesetas de subvenciones del Ministerio de Economía y otros 70 de la Xunta, según publica hoy el semanario Interviu. Blanco anunció que el PSOE pedirá al ministro Rato que explique en el Congreso los motivos de esa 'gentileza millonaria'. 'Esas subvenciones son tan honradas como las que recibe cualquier otra empresa', precisó Cuiña.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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