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El mundo, hacia la recesión

El parón de la economía en Estados Unidos extiende sus efectos al consumo y las bolsas, que viven una semana de fuertes pérdidas pese a la bajada de los tipos de interés

Los atentados contra Nueva York y Washington han arrojado a la primera potencia económica a una recesión que está contagiando al resto del planeta, pero de la que se ignora todo, especialmente su nivel de profundidad y su extensión en el tiempo.Al parón inmediato provocado directamente por los ataques sigue ahora la incertidumbre por el alcance de la respuesta. Los estadounidenses se han metido en casa; no viajan, no invierten y no consumen, mientras las empresas, especialmente las aeronáuticas, anuncian miles de despidos.

En términos técnicos, la recesión viene definida por dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. La economía estadounidense estaba ya prácticamente parada en el segundo trimestre, cuando avanzó un escasísimo 0,2% que aún podría revisarse a la baja. Algunos analistas auguran una caída del 1% en el actual trimestre y de hasta el 5% en el periodo octubre-diciembre, cuando las consecuencias de los atentados sean más patentes.

El propio Alan Greenspan, encarnación de la cautela, ha reconocido que el ataque ha tenido un efecto devastador sobre la economía. Efecto que se ha dejado ver en las bolsas. Wall Street ha vivido su peor semana desde la depresión de 1933, y las bolsas europeas, como la alemana, han perdido hasta el 10%, pese a la rebaja de los tipos de interés decidida tanto por la Reserva Federal como por el Banco Central Europeo. El precio del dinero en Estados Unidos se sitúa ahora en el 3%, y en Europa, en el 3,75%, pero ni esos bajos niveles han animado la inversión, temerosa ante la incertidumbre. Esta semana, el selectivo Ibex 35 de Madrid ha perdido el 5,98%, y París y Londres llegaron a caer más de un 6%. La Bolsa de Madrid pierde en el año el 27%.

Del desastre bursátil se está beneficiando el oro, que se ha revalorizado un 10%, y el franco suizo, nuevamente moneda refugio. El petróleo, sin embargo, vive una gran volatilidad a la espera de que se defina la respuesta de la Administración Bush a los ataques.

'Sólo vendo banderas y periódicos'. La dependienta de un hotel de Washington, por estas épocas cerca de la plena ocupación y ahora medio vacío, refleja la situación que vive Estados Unidos. Los despidos harán subir el paro; las perspectivas de menos empleo frenan el consumo y era éste el que tiraba de una economía ahora en retroceso.

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