Wall Street vive su peor semana en 70 años
El Dow Jones pierde un 14,26% en cinco días y arrastra en su bajada a las bolsas europeas
Wall Street siguió ayer descabezada por quinta jornada consecutiva, en medio de una turbulenta histeria vendedora que, a pocos minutos del cierre, iba en camino de cerrar una semana con pérdidas sin precedentes en casi 70 años. El índice Dow Jones ha perdido casi un 14,26% en cinco días, la peor caída semanal desde la Gran Depresión estadounidense. Pero ayer Wall Street, que al final cayó un 1,68%, evitó que la jornada de auténtico pánico que se vivía en las bolsas europeas fuera a mayores. No obstante, redujeron sus fuertes caídas de la mañana, que superaban el 5%. Aún así, los índices rozaron niveles de 1997 y 1998.
Sólo en los cuatro primeros días, Wall Street perdió 1,2 billones de dólares de valor bursatil (casi 200 billones de pesetas), el equivalente al PIB anual de Francia, por la amenaza de guerra tras los atentados terroristas de la semana pasada y el temor a una recesión. 'Nadie sabe cuándo se va a tocar fondo', comentaba un analista.
La jornada se presentaba difícil ya antes de la apertura. El día anterior defraudó las expectativas creadas por la inesperada recuperación de última hora del miércoles y la certidumbre de conflicto armado en Afganistán tras la negativa del régimen Talibán a aceptar el ultimátum del presidente George Bush colmó el pesimismo, agravado por la negativa reacción de las bolsas en Europa. En los primeros minutos, el Dow cayó 313 puntos.
Noticias de que General Electric tendrá ganancias por encima del 10% este año y el siguiente tuvieron el valor de un electrochoque y animaron espectacularmente, pero fue un espejismo. Tras una fugaz recuperación, el índice volvió a ceder 170 puntos con respecto al cierre da la víspera. A primera hora de la tarde, la pérdida acumulada vaticinaba una caída semanal del 14,26%, muy cerca del 15,5% volatilizado en cinco días aciagos que se cerraron el 21 de julio de 1933. El Nasdaq perdió un 3,25% y un 16,05% en la semana.
El precedente histórico de la guerra del Golfo no sirve de mucha orientación, porque entonces el enemigo era conocido y visible y se tenía un plan comprensible de combate. La campaña de ahora va contra un fantasma (el terrorismo internacional) y no hay certeza de cómo va a ser ese combate, ni lo que va a durar. La aprensión domina al inversor. A media jornada, el volumen de operaciones era el doble de lo normal, con los vendedores dominando a los compradores por cinco a uno.
Otro elemento inquietante para los inversores es que empiezan a llegar órdenes de venta también de particulares. El grueso de las operaciones de venta de esta semana han sido ejecutadas por las grandes instituciones, pero empiezan a detectarse indicios de que el pequeño accionista ha perdido la paciencia y opta por salvar lo que puede en un mercado sin perspectivas, por más que técnicamente todo esté tan bajo que no puede dejar de subir.
Pequeños inversores
La familia Bass, magnates petroleros tejanos, se vio forzada a desprenderse de acciones de Disney por valor de 2.000 millones de dólares (332.772 millones de pesetas) para responder a la reclamación de créditos de márgenes, devolución de préstamos por pérdida del valor de las acciones a los que se dedicaron. Los títulos se vendieron a la baja el jueves, casi un 20% por debajo del cierre del miércoles. Se trata de un sistema de especulación muy extendido que, si ha sorprendido a los Bass, puede afectar a otros inversores y desencadenar adicionales tensiones vendedoras.
Tampoco ha sido una buena semana para las bolsas europeas, que comenzaron ayer la jornada con fuertes caídas de hasta el 7%. El mercado madrileño acumula ya las pérdidas nuales más pronunciadas de los últimos 20 años.
La Bolsa de Francfort vivió un día frenético. Llegó a caer un 6,5% hasta niveles no vistos desde noviembre de 1997, para luego volver a recuperarse con el inicio de la contratación en Wall Street. Al final, cerró con una pérdida modesta del 0,59%, informa Ciro Krauthausen. El valor más castigado fue la aseguradora Allianz, que por la mañana había anunciado que sus beneficios caerán un 30% este año, debido, sobre todo, a los atentados terroristas.
Aparte de los temores a un eventual conflicto bélico y a una recesión mundial, común a todos los parqués internacionales, un factor específico tensó aún más la cuerda en Francfort: la publicación del índice Ifo de confianza empresarial en Alemania occidental, que en el mes de agosto volvió a caer, hasta los 89,5 puntos (89,8 puntos en julio).
Una mirada más detallada a este indicador, sin embargo, revela que la coyuntura alemana podría estar próxima a recuperarse, a juzgar por la segunda mejora consecutiva en el subíndice de expectativas sobre los negocios futuros. También otros economistas pronostican una próxima recuperación de la economía alemana, siempre y cuando 'la situación internacional no se siga deteriorando'.
Las pérdidas se repitieron en Londres. La bolsa se derrumbó durante la mañana, pero al final sólo cayó un 2,7%, hasta su nivel más bajo de los últimos 53 meses. El mercado londinense se ha dejado un 17% en septiembre y el valor de las acciones que allí cotizan ha disminuido en 163.000 millones de libras (unos 43 billones de pesetas) desde los atentados de Nueva York y Washington.
Año 'negro'
La Bolsa de París cerró con una pérdida del 2,28%, tras mostrar a última hora mayor capacidad de resistencia tras ceder hasta el 7% en el curso de la jornada, informa Joaquín Prieto. El sector de productos de lujo sufrió mucho: LVMH perdió el 12,26% y Rémy Cointreau cayó un 26,5%. La intervención final de grandes inversores pudo ser el factor decisivo para salvar a París de un crash. Las pérdidas acumuladas en lo que va de año superan las de 1987, que finalizó con una caída del 29,4%, y las de 1990, con pérdidas del 25,4% tras la invasión de Kuwait por Irak. Numerosos analistas aseguran que no han conocido un año tan negro como el actual.
Milán siguió la suerte de toda Europa, informa Lola Galán. La jornada se cerró con fuertes pérdidas en todos los sectores (banca, seguros, energía y telecomunicaciones). El índice Mibtel se precipitó un 4,97% al cierre, pero llegó a caer un 6,74%. Debido a la caída excesiva, hubo de suspenderse la cotización de numerosas empresas del sector energético y de la compañía aérea de bandera, Alitalia.
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