Comisiones

Teniendo como tengo un cierto fastidio por este -repito, este- régimen parlamentario, es lógico que se extienda a las comisiones parlamentarias como la que examina Gescartera, presidida por un diputado parcial y poco interesante. Hay una juez que no ha dado ningún motivo de desconfianza hasta ahora ni supongo que los dé. Creo que en su momento llamará al presidente de la Comisión Episcopal para hablarle del dinero negro al que alude el pintoresco diario de la Giménez-Reyna, y al tan citado hermano coronel de la Guardia Civil, al otro hermano subsecretario de Hacienda y a quienes les precedieron en ese puesto, Montoro o Rato, o el presidente Aznar -'caiga quien caiga'-, que creía firmemente en él, aunque no se responsabiliza a nadie por creer en quien luego resulta refinado y enorme estafador. Es posible que dentro de 10 años, o más, se vea todo el alcance del tema, como se está viendo hoy mismo el asunto de los 'fondos reservados' del Gobierno anterior, o régimen anterior; y hace unos meses el del secuestro del pobre francés fronterizo. No hay nada que justifique la lentitud de la justicia en estos casos, y mucho menos en los que hay gente detenida o víctimas a las que resarcir. Nada. Si el tiempo que se emplea en consultar los diccionarios de insultos -hay varios y buenos en español- para el Parlamento o las campañas electorales se utilizase en imprimir alguna velocidad al retraso perezoso y medieval, en eso y en todo, mejoraría de verdad el país en lo que tiene de mejorable.

La comisión, que es constitucional, se dedica a buscar responsabilidades políticas. Pero esas responsabilidades no pueden derivarse más que de decisiones de los tribunales: mientras tanto, la chica del diario, sus protectores y protegidos hermanos, la Iglesia, Camacho o Ramallo son presuntamente inocentes, incluso los que vayan a incrementar la población penal en tanto que preventivos, y a quedar en libertad provisional hasta el lejano año en que se les juzgue. Sería entonces cuando la comisión parlamentaria considerase qué responsabilidades políticas puede haber en todo el delito, si hay delito. Claro que si la comisión es de eficacia dudosa, también lo es el Parlamento.

Aznar declara que seguirá la guerra de Bush sin necesidad de pedir permiso, ni siquiera de comunicarlo, como Bush ha pedido poderes al suyo. Es verdad: la mayoría es suya y la oposición, que fue a visitarle en el momento del destrozo, también. Si no se necesita para algo de vida o muerte, ¿para qué se podría necesitar?