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Grau dice que la peste llegó de Cuenca, pero la Junta lo niega

Un informe de la Generalitat relaciona los brotes de Penelles, Castilla-La Mancha y Vinaròs

El consejero de Agricultura, Josep Grau, afirmó ayer que el primer foco de peste porcina clásica no fue el que se declaró el pasado 14 de junio en Cataluña, concretamente en una granja de Soses (Segrià), sino que llegó a esta comunidad procedente de Cuenca, según revela un estudio epidemiológico encargado por su departamento al Centro de Investigación en Sanidad Animal (Cresa). Los técnicos del Departamento y los profesionales del sector creen que alguna granja de Cuenca ocultó la enfermedad, extremo que ayer negó la junta de Castilla-La Mancha.

Grau, durante su comparecencia ante la comisión de agricultura del Parlament, explicó que esta hipótesis sobre el origen de la peste no desmiente la creencia mantenida hasta ayer de que la epidemia había llegado de algún país del Este. Según los técnicos de Agricultura, la peste podría haber llegado a Cuenca incubada en cerdos nacidos, por ejemplo, en Rumania o Hungría.

El estudio epidemiológico concluye que el primer foco de peste porcina corresponde al que se detectó en sexto lugar en una granja de Penelles, donde se inició la investigación. La hipótesis de que el brote original no fue el localizado en Cataluña es bastante verosímil, ya que se ha comprobado que los cerdos de esta granja leridana, así como los de una de Vinaròs también apestados, procedían de Cuenca, por lo que el sector porcino cree que sus propietarios pudieron haber ocultado la enfermedad a sus veterinarios.

No declarar en un primer momento la aparición de la epidemia, por las consecuencias económicas que comporta, suele ser una práctica habitual entre los ganaderos, como ya se puso de manifiesto en la anterior crisis, de 1997, que diezmó la cabaña de porcino de Lleida. 'La aparición de otros focos en Cuenca hace posible que los focos primarios tengan relación con granjas infectadas de esta provincia, por lo que los primeros casos de peste en España no fueron los de Lleida', señaló Grau.

La presencia del máximo responsable de la ganadería catalana en el Parlament para explicar la evolución de la peste no ha podido ser más inoportuna, ya que ha coincidido con la confirmación por parte del Laboratorio Estatal de Referencia de Madrid de dos nuevos focos en dos granjas de cerdas reproductoras de Bellmunt d'Urgell (Noguera). Los animales de una de ellas ya habían sido sacrificados semanas atrás porque estaban a menos de un kilómetro de otro foco anterior. Sin embargo, no se ha confirmado un tercer caso sospechoso en Bellcaire d'Urgell, en la misma comarca.

Desde que se declaró la peste en las comarcas de Lleida, el pasado 14 de junio, ya se llevan contabilizados 19 focos y más de 73.000 cerdos sacrificados. Actualmente hay cuatro focos activos, uno en Penelles y tres en Bellmunt d'Urgell, y 250.000 animales inmovilizados en la correspondiente zona de protección.

Polémica institucional

Los resultados del informe elaborado por el Departamento de Agricultura no sentaron nada bien a los responsables de la junta de Castilla-La Mancha. El consejero de Agricultura de esta comunidad, Alejandro Alonso, aseguró haber actuado con absoluta diligencia: 'Cuando se detectó el primer brote de peste en Cuenca éste fue notificado inmediatamente. Nadie puede acusarnos de haber ocultado nada'. Alonso llegó más lejos y no escondió su indignación por las formas empleadas por Josep Grau. 'Nadie de la Generalitat nos ha llamado; el gobierno Catalán ha actuado con gran irresponsabilidad y deslealtad institucional', afirmó el consejero castellano-manchego.

La peste porcina apareció oficialmente en Cuenca el pasado 11 de julio, 25 días después de haber sido detectado el primer caso en Soses. Los técnicos de Agricultura catalanes, sin embargo, están convencidos de que la peste no entró en Cataluña a través de la granja de Soses, sino de una explotación de Penelles gestionada por la empresa Piensos Yak cuyos lechones procedían de Cuenca. Según los técnicos de Agricultura, la granja leridana ocultó varios días la presencia de la enfermedad, lo facilitó la propagación.

El consejero Alejandro Alonso negó que en Cuenca falten controles contra la peste porcina clásica. Asimismo aseguró que la granja donde fue descubierta esta enfermedad había comprado los cerdos a la empresa catalana Vall Companys.

Alonso también criticó las medidas adoptadas por la Generalitat al intentar frenar el avance de la peste porcina. 'En Cuenca hemos erradicado la enfermedad, algo que no han conseguido en Cataluña', afirmó.

Por su parte, Josep Grau justificó todas las medidas adoptadas hasta la fecha por su departamento y reclamó la máxima colaboración del sector para poder erradicar definitivamente la peste de Cataluña, una misión sobre la que no se mostró excesivamente optimista porque la llegada del otoño puede resultar un factor propicio para la propagación del virus.

El consejero de Agricultura denunció que Cataluña recibe un trato discriminatorio de la Unión Europea porque no aprueba las medidas de mercado solicitadas reiteradamente por la Administración catalana y los productores de porcino, mientras que sí lo hace a favor de los países afectados por la fiebre aftosa.

Grau se mostró partidario de que se activen dichas medidas, consistentes en fijar indemnizaciones por el sacrificio de los animales inmovilizados porque a su juicio facilitarían, en caso de que la situación se agravara, los vaciados selectivos o generales en la zona de riesgo, situada en la confluencia de las comarcas del Pla d'Urgell, la Noguera y el Urgell.

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