Barcelona recupera un planetario renovado tras estar cuatro años cerrado
El astronauta Pedro Duque lo apadrina
Barcelona vuelve a tener un planetario municipal. Inaugurado en 1972, olvidado enseguida y cerrado hace cuatro años, ayer abrió de nuevo sus puertas con unas instalaciones remozadas y dirigidas a escolares y aficionados a las ciencias del espacio. El objetivo, señaló el director del centro, Lluís Gómez, es 'poner el cielo al alcance de las manos', un deseo al que se sumaron el alcalde, Joan Clos, y el astronauta español Pedro Duque, presentes en la inauguración.
El nuevo planetario está diseñado para acoger a grupos de 30 personas y dispone de un centro de recursos educativos. En una primera fase ofrecerá visitas guiadas por monitores especializados y actividades educativas a grupos escolares que pagarán un precio simbólico de unas 300 pesetas. El centro ofrecerá también actividades a los aficionados a la astronomía y al público general en forma de cursos, y una programación paralela en la que están previstas exposiciones y ciclos de conferencias.
Los gestores del centro cuentan con un aliado de excepción, el astronauta Pedro Duque, que destacó el valor de la educación 'para el fomento del desarrollo y el conocimiento', y recordó que este tipo de instalaciones suscitan un gran interés entre los escolares de todo el mundo. 'Es una forma distinta de ilusionar a los niños', dijo, 'una fórmula que puede contribuir en un futuro a evitar desastres como los ocurridos la pasada semana en EE UU'. Duque representaba a la Agencia Europea del Espacio (ESA), que colaborará en la organización de diversas actividades. Por su parte, Joan Clos vinculó la recuperación del planetario a la tradición educativa de Barcelona.
El planetario ahora recuperado fue inaugurado en 1972 en su actual ubicación, la Escola del Mar del Guinardó, gracias a la cesión de un equipamiento que se había usado previamente durante un Salón de la Infancia. Durante un tiempo, el planetario estuvo abierto a la visita de escolares y aficionados, aunque nunca logró hacerse un hueco entre las apetencias ciudadanas. De este modo sobrevino su declive, que culminó con el cierre hace cuatro años. El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto las puertas a la gestión externa y ha restaurado algunos equipos, como la cúpula de cuatro metros de diámetro capaz de representar medio millar de estrellas, los movimientos de astros y diversas galaxias.
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