Dos atacantes queman una oficina y un archivo parroquial en Ceuta
Apedreado el establecimiento comercial de un ceutí judío
La iglesia de San José, en el barrio ceutí de Hadú, amaneció ayer semicalcinada después de que dos individuos que circulaban en una motocicleta arrojaran por una de sus ventanas una botella incendiaria con gasolina. Las llamas, que no alcanzaron al interior del templo, destruyeron completamente las oficinas parroquiales y el archivo diocesano. También fue atacado el comercio de un ceutí judío.
La policía establece vigilancia especial en iglesias, sinagogas y edificios emblemáticos
El ataque se produjo a las 4.50 de ayer y el incendio fue sofocado rápidamente por los bomberos, lo que impidió que las llamas alcanzaran al interior del templo. No hubo heridos, ya que el párroco, que reside en el edificio, fue desalojado rápidamente, así como los vecinos de viviendas próximas.
El incendio, calificado por las autoridades como un 'atentado terrorista contra la libertad religiosa', ha motivado la adopción de inmediatas medidas de vigilancia policial en el resto de edificios religiosos ceutíes, tanto cristianos como hebreos. Hace aproximadamente un año, la sinagoga Bet-El fue atacada en el transcurso de una manifestación a favor de las reivindicaciones palestinas.
También ayer, un comercio deportivo propiedad de un ceutí de religión judía fue apedreado.
Para evitar otros posibles ataques, las fuerzas de seguridad van a establecer controles y medidas de vigilancia no sólo cerca de iglesias y sinagogas, sino también cerca de edificios con alta carga simbólica.
La iglesia atacada en la madrugada de ayer está ubicada en un populoso barrio de la periferia ceutí, habitado a partes iguales por cristianos y musulmanes. El delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro, fue ayer muy cauto al ser preguntado por los posibles responsables del incendio, si bien anunció que el Cuerpo Nacional de policía ya ha localizado el modelo y la matrícula de la motocicleta en la que circulaban los presuntos atacantes. Moro evitó vincular el incendio con el ataque terrorista del pasado martes a Estados Unidos, pero no descartó que haya sido provocado por grupúsculos organizados que, aprovechando las circunstancias, pretendan desestabilizar una ciudad fronteriza con el Magreb y en la que una tercera parte de su población es de religión musulmana.
'Desde luego, no ha sido un hecho aislado y pertenece a una sucesión de actos que vive la ciudad desde mediados del mes de agosto y que culminaron en los disturbios en la frontera del Tarajal', subrayó el delegado del Gobierno.
De hecho, tras aquellos incidentes provocados por marroquíes que protestaban por las obras acometidas en la frontera española, ya se apuntó hacia organizaciones de narcotraficantes y de delincuentes habituales que querían mostrar así su ira por los últimos golpes al narcotráfico y a las redes de inmigración ilegal en Ceuta.
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