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Alerta máxima en la base de EE UU en las Azores ante posibles represalias

Auténtico puente aéreo durante la guerra del Golfo y utilizada frecuentemente como centro de escala y reabastecimiento de aviones para los conflictos de Oriente Próximo, la base estadounidense de Lajes, en las islas Azores, se encuentra desde la tarde del martes en alerta máxima, la denominada Alerta Delta, con el objetivo de prestar apoyo contra posibles nuevos ataques en suelo estadounidense y, sobre todo, preparada para previsibles acciones de represalia contra los autores de los atentados de Washington y Nueva York.

Cuando acaba de cumplirse su 50 aniversario (el pasado 6 de septiembre), la base aérea de Lajes recibió el martes la orden de alerta máxima y sus militares se encuentran encerrados en sus instalaciones a la espera de instrucciones inmediatas. Nada más conocerse la magnitud de la tragedia ocurrida en el corazón de la primera potencia mundial, diez cazas norteamericanos despegaron de la base con destino a Estados Unidos, supuestamente para prestar apoyo en el caso de que los ataques se sucedieran en territorio norteamericano. Los responsables de Lajes se negaron a facilitar datos sobre el movimiento de sus aviones, aunque ayer la situación parecía tranquila y no se detectaron movimientos inhabituales de sus aparatos. La vigilancia fue reforzada en todo el perímetro militar y la mayoría de los establecimientos y edificios se encontraban cerrados. La pista de aterrizaje fue también cerrada al tráfico comercial con la excepción de las dos compañías portuguesas que operan en ese territorio.

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Solidaridad del Kremlin

Por otra parte, el ataque terrorista a Estados Unidos ha dado a Moscú argumentos suplementarios para defender la política del Kremlin en Chechenia, según las reacciones que expresaban ayer los políticos rusos, informa desde Moscú Pilar Bonet. De forma generalizada, éstos se solidarizaban ayer con las víctimas del mayor atentado terrorista de la historia y condenaban el suceso, pero también trataban de sacar consecuencias positivas para su propia causa.

El presidente Vladímir Putin, que conversó ayer por teléfono con el norteamericano George Bush, ha declarado hoy un minuto de silencio en señal de duelo. El primer ministro, Mijaíl Kasiánov, y el jefe del Banco Central, Víctor Gueráshenko, tranquilizaron a la población para que no vendiera dólares a los precios rebajados que intentaron imponer los especuladores. La cotización del dólar se estabilizó a los niveles previos al atentado (algo más de 29 rublos por dólar) en la jornada de ayer.

En síntesis, los portavoces oficiales, los diputados de la Duma de diversas tendencias y los comentaristas y politólogos, hacían abstracción de los métodos del Kremlin en Chechenia y expresaban la esperanza de que Occidente entienda ahora mejor la 'política antiterrorista' de Moscú en el Cáucaso.

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