Los 400 trabajadores de Trefilerías Quijano inician una huelga indefinida
La empresa presentó un plan que reduce la plantilla a menos de la mitad
Los casi 400 trabajadores de Trefilerías Quijano, en Los Corrales de Buelna (Cantabria), iniciaron ayer una huelga indefinida después de infructuosas y muy largas negociaciones con la empresa a causa del plan de reestructuración presentado a mediados de julio y que suponía la rescisión de contratos a más de la mitad de la plantilla. La última propuesta empresarial fija en 149 el número de excedentes y la posibilidad de recolocar a 11 operarios en otras factorías, junto a un plan de prejubilaciones para 104 y la baja forzosa de 34.
Trefilerías Quijano pertenece al grupo Global Steel Wire y produce en Los Corrales alambres de todo tipo (preferentemente para muelles, tornillos, comunicaciones y automoción) derivados del alambrón, materia prima (concretamente 140.000 toneladas el año pasado) que recibe de otra empresa de la sociedad situada en los alrededores de Santander.
La plantilla de Los Corrales se ha ido reduciendo a lo largo de los años noventa, en que llegó a tener hasta 1.100 empleados, y estaba considerada por entonces una de las cablerías más importantes de Europa. La Global Steel ganó en 2000 3.200 millones de pesetas, 1.000 más que en 1999, pero las perspectivas para este año no son tan favorables.
Los trabajadores fijaron a mediados de julio un calendario de huelgas -cumplido sin incidencias- de tres días por semana hasta el mes de septiembre, en que retornaron a la fábrica y emprendieron laboriosas negociaciones con la empresa que resultaron estériles y dejan ahora en manos de la autoridad laboral la última decisión.
Falta de rentabilidad
La industria optó, en pleno conflicto, por la suspensión de la línea de acero suave por presunta falta de rentabilidad. A este respecto, el presidente del comité de empresa, Emilio Laguillo, acusó ayer a la empresa de manejar cifras que nada tienen que ver con la realidad. Los trabajadores han presentado en las últimas horas ante la Dirección General de Trabajo documentación que reduce a la mitad el número de operarios pertenecientes, según la sociedad, a aquel departamento. 'No es lo mismo', advierte el presidente del comité de empresa, 'calcular costes con una plantilla de 106 personas y otra real de sólo 51'.
El número de bajas forzosas contempladas por la empresa (34) ha sido el principal obstáculo que ha determinado el revés de las conversaciones. Trabajo podría dar su conformidad parcial o total al expediente de regulación presentado por la sociedad ante el temor de que pueda cerrar la fábrica, con muy graves repercusiones para el tejido industrial de Cantabria. Los trabajadores, según Laguillo, asumen con la huelga en marcha 'todas las consecuencias que puedan derivarse y la repercusión enorme de que pueda llegar un dictamen favorable a la empresa'.
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