Chaves debe tomar ejemplo
Consternado aún por la tremenda tragedia terrorista vivida en la últimas horas, cuando aún es difícil ahuyentar de la vista y de la mente la tremendas imágenes de muerte y destrucción provocadas por el fanatismo del terrorismo fundamentalista, con el apoyo (¿quién lo duda?) de los países islámicos que todos sabemos, es difícil coger la pluma para tratar de hablar de cosas que, comparadas con lo vivido, parecen resultar tan escasamente trascendentes que uno siente una especie de pudor en fijar la atención sobre ellas.
Demasiado de sobra sabemos los españoles (los demócratas españoles, hay que puntualizar) lo que significa vivir en nuestras propias carnes el sinsentido y el horror de la barbarie terrorista. Quizá por eso, las palabras de condolencia y solidaridad con quienes acaban de sufrir un ataque del terror salen fluidas, certeras y sinceras, como quiero que sean las mías al expresar mi condolencia y mi solidaridad con las víctimas, mi apoyo a las autoridades norteamericanas en su lucha contra los autores de esta salvajada y mi contundencia en condenarla sin paliativos.
Pero la magnitud de la tragedia mundial no puede ocultar la realidad andaluza, y si la vida debe continuar para los neoyorquinos y los estadounidenses en general, tanto más debe hacerlo para los andaluces, tratando de recuperar el aliento y el pulso retomando los asuntos que nos afectan más íntimamente. Y ayer tuvimos en el Parlamento de Andalucía un nuevo episodio de la lucha entre la oposición minoritaria que denuncia un caso de corrupción y la mayoría parlamentaria que trata de impedir que se controle y se investigue esa denuncia.
Nos referimos, claro, al putrefacto asunto de Prensa Sur. El rodillo parlamentario nos ha vuelto a hurtar a los andaluces de la posibilidad de enterarnos de la verdad (¡qué quimera!) de lo que ocurrió en Prensa Sur y nos obliga a pensar que 'algo huele a podrido en el PSOE-A', cuando con tanto ahínco como desfachatez se niega una y otra vez a que se investiguen los hechos. Ya he dicho más de una vez que la máxima aspiración del acusado inocente es que se realice una severa y rigurosa investigación de los hechos denunciados, porque de ellos resultará su inocencia; pero que si el acusado (presuntamente) inocente insiste en que no se investigue, la sensación fundada, la conclusión será que algo oculta, y que por tanto no es tan inocente.
Para los jóvenes y los desmemoriados, recordemos que Prensa Sur es un escándalo formidable en virtud del cual se venden medios de comunicación (periódicos) que anteriormente habían sido del Estado, al PSOE-A a través de un empresario testaferro (Emilio Martín), dando lugar a posibles estafas a discreción y a seguras comisiones millonarias, todo urdido bajo la protección siniestra de Gaspar Zarrías (qué habilidad tiene este sujeto para estar en todos los fregados de trapos sucios, maquinaciones pseudofraudulentas, acusaciones de financiación ilegal... claro que es el mismo que votó con los pies en el Senado...). (Aclaro para asesores legales y similares que no me miren a mí, porque todo esto no lo digo yo, sino que lo han dicho públicamente desde el propio PSOE-A, el que fuera Secretario de Finanzas de dicho partido, José Manuel Martínez Rastrojo).
¡Qué diferencia con el caso Gescartera! Se podrá decir lo que se quiera, pero el PP ha reaccionado con rapidez y contundencia para apoyar la creación de una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados con vistas a depurar cuantas responsabilidades políticas pueda haber en dicho escándalo financiero (que, por cierto, no ha sido organizado ni amparado, según todos los indicios, por un partido político en concreto, a diferencia de Prensa Sur) No digo que no haya responsabilidades políticas en Gescartera, que de haberlas tienen que ser inmediata y tajantemente depuradas; pero al menos tenemos la oportunidad de depurarlas, porque para eso el Congreso de los Diputados, con la mayoría del PP (el voto fue unánime), decidió dar vía libre a la investigación. Mi frustración como andaluz es que en Andalucía no podamos sentirnos amparados por nuestras instituciones autonómicas, que se niegan contumazmente, contra toda evidencia, a dar satisfacción a una demanda sentida por una amplia mayoría de andaluces.
La pregunta que no para de rondar en la cabeza de los andaluces va a quedar, de momento, sin respuesta: ¿qué tienen que ocultar Chaves y el PSOE-A en Prensa Sur para negarse a crear una simple comisión de investigación?
Chaves debe tomar ejemplo.
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