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COMUNICACIÓN

Crisis en la primera TV de Portugal por despreciar los 'programas basura'

El fenómeno Gran Hermano se ha cobrado otra víctima. Acompañado de una serie de telenovelas portuguesas que desbancaron a los históricos culebrones brasileños y una agresiva estrategia que mezcla información con entretenimiento, el revolucionario reality show ha conseguido que la cadena privada TVI, en decadencia hace un año, consiguiera esta semana arrebatar el liderazgo indiscutible de audiencias durante más de seis años a la SIC, presidida por el ex primer ministro Francisco Pinto Balsemão.

Pero los frutos de Gran Hermano no acaban ahí. El súbito ascenso de la nueva líder de audiencias ha conseguido que su gran competidora perdiera en estos 12 meses una gran parte de sus ingresos publicitarios, haya iniciado un proceso de reestructuración empresarial, que incluye el despido de trabajadores, y acabara este fin de semana con el cese de su director general de contenidos y responsable del éxito de la cadena, Emídio Rangel.

Rangel rechazó hace un año la compra de Gran Hermano por considerarlo un formato basura incompatible con su modelo televisivo, de lo que se aprovecharía su competidor y archiadversario, José Eduardo Moniz, responsable de la TVI, que abandonó la dirección de la televisión pública hace siete años ante el irreversible ascenso de la SIC. La omnipresencia de Gran Hermano en la parrilla televisiva, acompañado del éxito de telenovelas de producción nacional y de unos informativos ultrapopulares, basados en sucesos y en los propios protagonistas del mencionado reality show, la TVI consiguió el liderazgo de audiencias en prime time (entre las ocho de la tarde y las doce de la noche) hasta alcanzar la semana pasada, con la tercera edición de Gran Hermano, el primer puesto.

Nuevos despidos

La crisis de una de las cadenas privadas con mayor éxito en Europa (líder indiscutible durante más de seis años con medias diarias que superaban el 50% de la cuota de mercado) concluyó este fin de semana con un lacónico comunicado en el que se anunciaba el cese de su director general de contenidos, Emídio Rangel. El consejo de la administración de la SIC informaba de que la rescisión del contrato de Rangel 'surge en un momento en el que la cadena inicia una nueva etapa con el objetivo de reposicionarse en el mercado audiovisual y mejorar su rentabilidad', un párrafo que anuncia, a juicio de algunos responsables de este canal, nuevos despidos y una drástica reestructuración empresarial.

Dichas fuentes y algunos comentaristas televisivos han alertado en las últimas semanas sobre las consecuencias 'de la telebasura', un fenómeno global que no sólo reduce a límites inimaginables la calidad de la programación y los informativos, sino que provoca crisis de empresas estables y de calidad, además de despidos. Al parecer, Emídio Rangel ha recibido una oferta para dirigir la programación de la televisión pública portuguesa, precisamente el puesto que abandonó por su culpa José Eduardo Moniz, actual responsable de la TVI.

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