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Los ultras piden que se suspenda la cumbre entre Peres y Arafat

La oleada de atentados que se produjo ayer en Israel está sirviendo de excusa para que los movimientos ultranacionalistas judíos impulsen una ofensiva pidiendo la suspensión de la cumbre que el ministro de Asuntos Exteriores, Simon Peres, tiene previsto celebrar esta semana con el presidente Yasir Arafat, en un nuevo intento por acabar con el ciclo de violencia que se inició hace un año. Aunque no se ha fijado aún el día y el lugar de la cita, responsables del Ministerio de Exteriores israelí aseguraban que la cumbre Arafat-Peres no se había aún cancelado y que ésta podría llevarse a término en el enclave de Eretz, entre Israel y Gaza.

La ofensiva ultranacionalista contra el encuentro Peres-Arafat está siendo encabezada por dos ministros del Likud, especialmente radicales e intransigentes; el responsable de Seguridad Interior Uzi Landau y Dani Naveh, sin cartera. Los dos ministros pidieron ayer públicamente a Peres que no se reúna con Arafat, al que consideran 'el responsable de la organización terrorista más grande del mundo'. Sus voces se unieron a las llamadas de odio y rencor de las asociaciones de colonos quienes reclaman desde hace meses la 'guerra sin cuartel', contra los palestinos.

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El rey Abdalá II de Jordania se mostraba ayer dispuesto a frenar esta ofensiva de los ultranacionalistas y radicales israelíes en contra de una salida dialogada a la crisis, movilizando para ello todas sus influencias en Estados Unidos. Para cumplir esta misión el monarca salió de inmediato hacia Washington con la intención de entrevistarse con el presidente Bush, al que tratará de convencer de que reciba a Yasir Arafat y escuche personalmente sus quejas.

Reunión con Bush

El periódico The New York Times aseguraba ayer por su parte que el presidente George W. Bush podría recibir a finales de mes al presidente Yasir Arafat en Nueva York, en la sede de las Naciones Unidas, con ocasión de la asamblea anual. Bush que se hizo cargo de la presidencia el pasado mes de enero ha recibido ya en dos ocasiones al primer ministro israelí, Ariel Sharon.

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Mientras, en El Cairo se reunieron ayer los ministros de Asuntos Exteriores de 22 países árabes para examinar la situación en la región y escuchar las peticiones de Yasir Arafat, que en los últimos meses ha estado pidiendo una cumbre extraordinaria de la Liga Árabe. Por su parte, el jefe de Estado Mayor de la Arabia saudí, el príncipe Salah al Muhaya, decidía ayer anular un viaje a Estados Unidos en protesta por el apoyo de la Casa Blanca a las agresiones israelíes contra el pueblo palestino. El príncipe heredero saudí, Abdalá ben Abdel Aziz, que dirige de hecho el reino, declinó el pasado mes de mayo visitar la Casa Blanca para protestar también por la política de Estados Unidos en favor de Israel.

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