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'El rendimiento preocupa demasiado a los padres'

Lo que más quebraderos de cabeza causa entre los padres de niños entre 6 y 12 años son las notas de sus hijos. 'Si en la etapa de educación infantil lo que más preocupa a las familias es si su hijo presenta un desarrollo evolutivo normal, en la primaria se preocupan demasiado por su rendimiento académico', asegura Roberto Durán Romero, psicólogo orientador del Instituto de Psicología EOS y secretario del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. 'Yo no me cansaré nunca de repetirles que tienen que dar importancia a otro tipo de aprendizajes que van a adquirir en esta etapa. ¿Por qué preguntan con tanta insistencia si sus hijos han estudiado y no les preguntan casi nunca cómo les ha ido la clase de recreo?', inquiere con ironía este profesional que lleva más de 20 años en el campo educativo.

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Durante estos años los chavales adquieren en las aulas estrategias y hábitos que van a ser fundamentales para el futuro, explica Durán. 'Los niños van a aprender en esta etapa, en la que son más moldeables que nunca, a ser autónomos, adquieren los hábitos de trabajo y las actitudes de responsabilidad, e interiorizan las normas básicas de la convivencia. En definitiva, todas aquellas cosas con las que luego, en muchos casos, nos encontramos que adolecen en la secundaria'.

Durán está convencido de que una de las claves para el éxito escolar de los niños es que los padres participen activamente en la educación de sus hijos. 'El colegio no puede ser un sitio donde aparcar a los hijos', advierte. 'Aunque creamos que el niño no se da cuenta, está muy pendiente de si sus padres van a las reuniones del centro o de si va a hablar con sus profesores. Si es así, se da cuenta de que tiene un cómplice en su actividad', explica este experto. Por ello, también cree conveniente preguntar e interesarse por la actividad escolar 'aunque dé la impresión de que no quieren contar nada'.

Las señales de alarma deben dispararse únicamente si el rechazo hacia el colegio se mantiene a lo largo del tiempo. 'Los primeros días es normal que el niño muestre cierto rechazo y que presente cierto estrés, porque a nadie le gusta volver a la disciplina', comenta. Por eso, únicamente si los padres detectan que esta situación se mantiene deberían actuar. 'Primero, dentro del ámbito familar para ver si el malestar se debe a alguna circunstancia que lo esté agravando; luego, en el ámbito escolar, con su tutor, y finalmente, con un profesional'.

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