Comparaciones
Unos datos publicados recientemente sobre el precio del suelo urbano aportaban para Madrid la cifra media de 260.000 pesetas por metro cuadrado. Como, en sí misma, la media no existe, sino que es una variable engañosa inventada por la abstracta ciencia de la matemática para poder registrar la entelequia entre el todo y la nada, tomemos como objeto de estudio urbanístico dos ejemplos concretos extraídos de una misma realidad y basándonos en los parámetros comparativos de espacio y de tiempo, siendo Madrid el parámetro espacio, y el año 2001, el parámetro tiempo. Aunque, antes de analizar ambos ejemplos, ilustraremos la susodicha entelequia haciendo una muy simple cuenta: si dividimos los 705 millones que cuesta la casa que se está construyendo el príncipe Felipe en la Zarzuela por los 4.800 metros cuadrados de la misma hallaremos como resultado la cifra de 146.875 pesetas el metro cuadrado, cantidad muy razonable que, sorprendentemente, queda por debajo de la media municipal. Así de difíciles de entender son las cosas de la aritmética y de la proporcionalidad. Y cantidad cuyo rasgo principal es que sale de los Presupuestos Generales del Estado; es decir, que pago yo (por ponerme como ejemplo).
Advirtiendo, pues, de antemano que el estudio en cuestión carecerá de soporte técnico y que sus herramientas no podrán ser calificadas de científicas, sino de demagógicas y naïf, los dos ejemplos concretos que someteremos a evaluación a través de los mencionados parámetros serán la sede abandonada del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias de la calle de Embajadores, 68, que fue okupada para la primera versión de El Laboratorio, y la referida casa de la Zarzuela, que desde hace dos años se construye para ser ocupada por el príncipe Felipe.
El primero de los edificios, de interesante estilo racionalista y que en adelante llamaremos el solar, llevaba mucho tiempo abandonado y fue okupado durante apenas dos años para darle algún uso; fue violentamente desalojado por la policía y derribado ese mismo día.
El segundo de los edificios, de dudoso estilo chalezazo y que en adelante llamaremos mansión, será terminado a finales de este año, cumpliendo así milagrosamente los plazos previstos, aunque no podrá ser ocupado hasta la primavera, debido a las posteriores tareas de decoración de interiores.
El primer solar iba a ser destinado a parque en una zona, Lavapiés, donde no abunda esa rara especie, pero durante los dos años posteriores a su desalojo y derribo sólo ha cumplido las funciones de escombrera de barrio; la mansión, por su parte, está rodeada de frondosas encinas. El solar fue desalojado porque en él se encontraban unas personas que lo habían adecentado con sus propios recursos y esas manitas; la mansión, por su parte, está siendo lujosamente terminada por expertos obreros, aunque bajo la cercana vigilancia del Príncipe. El solar arrasado por las autoridades sigue siendo solar, colindante con las minúsculas infraviviendas en las que se hacinan decenas de inmigrantes, mientras que la mansión será algún día residencia del futuro jefe del Estado, porque la actual residencia de los Reyes 'se ha quedado pequeña'.
El solar desalojado por los antidisturbios sigue siendo solar, mientras que la mansión tiene subsuelo, en el que se encuentra una enorme cocina y varias dependencias para los servicios de seguridad. El solar que sigue siendo solar puede recorrerse a pie, mientras que la mansión dispone de un ascensor para subir al segundo piso. En el solar que sigue siendo solar, los tíos pueden orinar de pie y las tías en cuclillas, mientras que, en la mansión, el baño correspondiente al dormitorio del Príncipe dispone de jacuzzi. Los okupas que fueron desalojados de lo que sigue siendo un solar tuvieron que sacar como pudieron una copiosa biblioteca, mientras que en la mansión el Príncipe podrá deleitarse en la lectura en un despacho-biblioteca. El solar sigue siendo solar, mientras que lo único que ha pedido el Príncipe para su mansión es un gran gimnasio en el ático. El solar es un erial, mientras que la mansión se está construyendo con maderas de África y Galicia.
Si a alguien le da arcadas el concepto de media, puede irse al solar a vomitar: trastornos propios de la demagogia.
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