El 'caos' de los cuatrillizos
Los padres afrontan con ilusión la crianza de los niños, aunque reconocen que necesitarán ayuda
'Un caos total'. Así se imagina Eusebio Irurieta el primer día en que su mujer, Begoña Septién, y él se encuentren por primera vez en casa con sus cuatrillizos Unai, Irati, Nagore y Ainara. Los cuatro vinieron al mundo el pasado 29 de agosto en el Hospital Donostia de San Sebastián, después de que su madre se sometiera a un tratamiento de reproducción asistida.
'Te avisan de que el riesgo de la inseminación artificial es que puedes tener un embarazo múltiple, pero nunca piensas que te puede tocar', manifestó ayer el padre de los bebés. Eusebio reconoció que su esposa, de 33 años, y él, de 35, estaban 'ilusionados' con la posibilidad de tener mellizos para no tener que volver a someterse al tratamiento de reproducción. 'Pero no fueron dos, sino cuatro'.
La multiplicación de sus previsiones, sin embargo, no ha restado ilusión al matrimonio de Lasarte. 'Nos propusieron eliminar a algunos (fetos) para mayor seguridad', confesó Begoña, para añadir que desde el principio tuvieron 'bastante claro' que querían seguir adelante con los cuatro críos. 'No tenemos experiencia alguna, somos totalmente primerizos; entonces, pues bueno, según seamos capaces, iremos poco a poco saliendo adelante', añadió con mucho optimismo el padre de las criaturas.
De momento, la mayor preocupación de Begoña y Eusebio es que su hijo y sus tres hijas, que nacieron de forma prematura con un peso de entre 1,3 y 1,5 kilos y se encuentran aún en el servicio de incubadoras, vayan día a día recuperándose y puedan abandonar pronto el hospital. Hasta el momento todo va bien, por lo que los médicos que atienden a los pequeños creen que, si no surgen complicaciones, los niños podrían estar en casa dentro de un mes o mes y medio.
En ese instante, todas las manos serán pocas para cambiar pañales, dar biberones, calmar llantos. 'Los niños no vendrán todos a la vez a casa, nos los irán dando según vayan cogiendo peso, por lo que iremos poco a poco', matizó Begoña. De todas formas, reconoció que necesitarán la ayuda 'de abuelos, tíos y de todo el mundo', incluidas las instituciones.
Begoña y Eusebio han contado en este sentido con unos buenos consejeros: el matrimonio de Ordizia que en 1998 también tuvo cuatrillizos, dos niños y dos niñas. 'Nos han comentado cómo movernos y qué ayudas pedir', explicó el padre. Así, dos personas, una por la mañana y otra por la tarde, les echarán una mano en el cuidado de Unai, Irati, Ainara y Nagore, que estrenarán la casa que sus padres han tenido que comprar, porque la anterior se les quedaba pequeña. Además, la nueva gran familia recibirá una subvención para comprar un vehículo adecuado.
Eusebio, que trabaja en una empresa de materiales eléctricos de Oiartzun, ha pedido a sus jefes jornada continua y algo de 'flexibilidad' horaria. Y es que, si bien su esposa no trabaja fuera de casa, 'de ahora en adelante, con tanto crío, habrá que ir mucho al médico y esas cosas'.
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