Un incendio provocado obliga al desalojo de siete familias de un edificio

Un incendio, provocado por un vecino con sus facultades mentales perturbadas, según sus vecinos, calcinó ayer toda una planta de un inmueble antiguo de Granada y obligó al desalojo de las siete familias que habitaban el edificio. El siniestro, que se registró a las 13.10 horas, no pudo ser sofocado por los bomberos hasta casi cuatro horas después. Tan sólo el presunto autor del fuego, E.L.V., de 52 años, sufrió algunas magulladuras. Los vecinos tuvieron que ser realojados por el Ayuntamiento.

El incendio se declaró en un viejo inmueble de la calle Acera de Canasteros, en el centro de Granada, e hizo cundir la alarma rápidamente entre los vecinos. El fuego se extendió desde la segunda planta, en donde se originó, hacia la parte superior del edificio. El hecho de que la techumbre y gran parte de las vigas de la casa fuesen de madera hizo que las llamas se propagasen con gran facilidad.

En las operaciones de extinción tuvo que intervenir una treintena de bomberos de los parques Norte y Sur de Granada ante las dimensiones del siniestro. Unas horas más tarde, cuando el fuego ya había sido sofocado, se comprobó que la techumbre del edificio se había visto afectada y que era necesario precintar el inmueble e impedir el acceso a su interior.

Los vecinos señalaron a E.L.V., un hombre de 52 años que vivía con su madre y que tiene, según explicaron, perturbadas sus facultades mentales, como presunto autor. Las llamas, de hecho, se originaron en su casa. El supuesto pirómano tuvo que ser trasladado a un centro al sufrir algunas magulladuras. Lo bomberos que lo atendieron coincidieron en su estado no era 'normal'. E.L.V. ya había intentado, según relataron los vecinos, prender fuego a su casa en otras dos ocasiones con anterioridad.

Las siete familias que habitaban el edificio y que tuvieron que ser desalojadas no podrán volver por el momento a sus casas, ya que tabiques y techumbre se vieron afectados. El principal problema estaba en el tejado, que primero se vio afectado por el fuego y luego por el peso del agua que tuvo que ser empleada para su extinción. Técnicos municipales se desplazaron a la zona durante el incendio para calibrar el peligro que existe en el edificio.

El interior de la casa, de tres plantas y azotea, y con dos viviendas por planta, mostraba ayer un aspecto absolutamente desolador. El piso donde había empezado el fuego se encontraba arrasado por completo. Los bomberos dejaron un retén ante el riesgo de que pudieran reavivarse las llamas debido a las estructuras de madera afectadas.

Los vecinos tendrán que pasar las próximas semanas en residencias que pueda habilitarles el Ayuntamiento mientras se solucionan los efectos del siniestro. Ello generó escenas de nerviosismo tras el incendio.