Un escape de gas causó el fuego que mató a 44 personas en Tokio
La policía no descarta una acción premeditada contra el prostíbulo
La explosión y el posterior incendio que arrasó dos plantas de un edificio en el centro de Tokio la pasada madrugada provino de la rotura de una tubería de gas. Sobre esta premisa, confirmada por los bomberos, más de 150 investigadores movilizados por la policía de Tokio intentan ahora averiguar si la tragedia, que acabó con la vida de 44 personas y dejó tres heridos, fue un accidente fatal o pudo ser intencionado.
Por el momento, lo único que se ha encontrado es una tubería de gas rota al final de la escalera del tercer piso, el lugar donde se produjo la explosión, que abrió un boquete de un metro y medio en la pared del edificio. Según testimonios de empleados y testigos recogidos por la policía, primero habría comenzado el fuego y después, al abrir una puerta un empleado del salón de juegos, se habría producido la explosión que lo extendió por todo el edificio. Testigos presenciales confirmaron que en la zona había un fuerte olor a gas. Contra esta línea de investigación, la policía no ha descartado aún que el incendio pudiera haber sido provocado; sin embargo, reconoció no tener ninguna prueba, por el momento, que refuerce esta hipótesis.
En este sentido, la agencia local de noticias Kyodo indicó ayer haber recibido una extraña llamada telefónica de un desconocido en la que preguntaba 'si los japoneses han aprendido la lección de Shinjuku', informa Efe. El edificio se dedicaba a diversas actividades habituales en el barrio de Shinjuku, una zona de ocio nocturno de la capital nipona. En su mayoría, estos locales albergan casas de citas y salas de juego, sobre todo del popular mah-jong, una especie de dominó chino. En el edificio de la tragedia había además un pequeño casino. El barrio es uno de los puntos calientes de la delincuencia en Japón y en sus calles proliferan los negocios sexuales, en ocasiones relacionados con el crimen organizado.
Sin medidas de seguridad
Los detalles aportados por los bomberos dan una idea de la ratonera que suponen los pequeños edificios del barrio de Shinjuku en casos como el de la pasada madrugada, el peor suceso de estas características ocurrido en Japón en los últimos 20 años. Según los agentes, el elevado número de víctimas se debió a que la única salida era la estrecha escalera interna de la casa, que estaba bloqueada con cajas y diversos objetos que dificultaron tanto la huida como las tareas de rescate. Además, no existían escaleras de evacuación de incendios en el segundo y tercer pisos, y las ventanas estaban cegadas por los anuncios de la fachada del edificio. La cadena de televisión NHK añadió que el edificio había sido inspeccionado hace dos años, en la que ya se advirtió de todas las carencias de seguridad que presentaba.
El fuego, que comenzó a la una de la madrugada (seis de la tarde en España), se mantuvo activo durante seis horas en las que arrasó 160 metros cuadrados del tercer piso, donde estaba la zona de juegos, y llenó de humo el cuarto, donde había un prostíbulo. La mayoría de los fallecidos eran jóvenes clientes del bar de citas, que, según la policía, se encontraba abarrotado a la hora de la explosión, y el resto, jugadores de mah-jong. Veinte de ellos fallecieron como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono y siete a causa de las quemaduras, mientras todavía se desconoce la causa de la muerte del resto. Veintinueve cadáveres permanecían ayer aún sin identificar. Las víctimas eran 32 hombres y 12 mujeres, algunas de ellas menores de 20 años, según la policía.
'Al principio no oí nada, pero de pronto vi saltar a un hombre desde el tercer piso y acto seguido se puso a salir humo, declaró un testigo que se encontraba en un restaurante cercano. Era una de las tres personas que se decidieron a saltar por la ventana en un primer momento, y que, aunque sufren heridas de diferente pronóstico, están fuera de peligro. El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, pidió que 'todas las partes implicadas investiguen en profundidad las causas' del desastre. 'Rezo por el descanso de las almas de los fallecidos', añadió Koizumi.
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