SEÑORAS DE
Voy a decir una cosa y no es que me ciegue la pasión: hizo ayer mi santo una presentación del diccionario de términos locales del pueblo este en el que estoy desterrada que, de verdad, emocionó. Todo tan solemne, el alcalde, los concejales, en las primeras filas las señoras de los concejales. Bien es cierto que me vi obligada a montar un poco de pollo porque no me habían reservado un sitio con las señoras de los políticos, y no me pareció, así mismo lo dije, no me parece que estén estas señoras con el culo bien pegao a la silla y yo ahí de pasmarote. Hasta Evelio estaba mejor situado. La concejal dijo que es que habían pensado que a mí me gusta mezclarme con la gente porque soy extremadamente popular. A todo esto mi santo callado, no te creas que me defiende. Lo que yo digo, ponle tú que le hagan esto a Marina, vamos, tiembla el misterio. Mi santo miraba al vacío, que es lo que él hace cuando la situación le compromete. Como ayer, que me lleva de paseo al campo y nos sale un perrazo de esos que te dice el dueño que no hace nada y el perrazo enseñándote unos colmillos que te cagas; ¿y qué creen ustedes que hizo mi santo?, me puso delante del perro y echó a correr. Con esto quiero decir que es una actitud suya generalizada. No digo que volvamos al antiguo reparto de roles, de 'eres mi macho y me defiendes', pero, por Dios bendito, un poquito de caballerosidad. Mi santo dice que es que a mí enseguida me da el punto Belén Esteban.
Vale. La cosa es que, como las señoras de los concejales no estaban por levantarse, me colocaron en la mesa de los ponentes, o sea, al lado de mi santo, que torció el morro porque dice que lo tengo agobiado. Yo, feliz porque me pasa igual que a algunas señoras de intelectuales, que me gusta figurar sin pegar chapa.
Superados esos minutos de tensión, mi santo leyó su discurso. Dijo: 'Cada vez que muere una lengua, todos morimos un poco'. Qué fuerte. Luego habló de la recuperación de las lenguas esquimales, y contó que su día más feliz fue cuando apadrinó el diccionario de Ubedí Básico: 'Pero éste es mi pueblo de adopción, y desde aquí os digo que no descansaré hasta que palabras como arremojar, pitorras o majeta broten de las bocas de nuestra juventud'. El público (incluido Evelio) aplaudió puesto en pie. Evelio está feliz porque en el diccionario viene la palabra lentejas, refiriéndose a cómo la usaba su padre cuando decía en los encierros: 'Se me ha arrimao el toro y se me han quedao los huevos como lentejas'. Yo levanté la mano y dije que 'arremojar' se usaba en otros pueblos, concretamente en el de mi madre, y para ilustrarlo canté 'arremójate la tripa / que ya viene la calor', de Labordeta. Ahí se creó otro momento de tensión que mi santo salvó diciendo que es posible que mis antepasados visitaran la sierra madrileña y regresaran a su aldea con unos vocablos nuevos. Me jodió la teoría. A ver por qué tienen que copiar mis antepasados. Me callé porque me paso de discreta, y de humilde. De humilde me paso. Se lo iba diciendo de vuelta a casa. Cuando llegamos se puso un whisky y se lo bebió sin respirar. Para hacer el número de que yo le aboco al alcoholismo. A mí, con tonterías de artista, no, le dije. Y, después de tomarme un valium, me fui a la cama sola. ¿Que a qué hora se acostó? Yo qué sé, yo me dormí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.