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Catorce inmigrantes ocupan una finca privada en Cabrera de Mar

Los 'sin papeles' malviven en barracas desde hace seis años

El campamento está integrado por 11 pequeñas barracas construidas con madera y cartones y distribuidas en un espacio de unos 40 metros cuadrados. Estos habitáculos carecen de agua y luz, aunque en tres de ellos hay televisor, que se alimenta de un poste eléctrico que hay en la zona. Junto a las barracas se acumulan grandes cantidades de desperdicios, lo que pone en peligro la salud de estas personas.

Los magrebíes instalados en este espacio son todos hombres de entre 18 y 30 años y llegaron a Cataluña en busca de trabajo. Sobreviven trabajando ocasionalmente en las explotaciones agrícolas de los alrededores y algunos de ellos incluso se han desplazado hasta Lleida en temporadas de recolección de fruta. 'Nos dijeron que en España encontraríamos trabajo, pero aquí estamos viviendo una situación muy diferente a la que nos habían dicho, mucho peor que en nuestro país', se lamenta Hassan.

El alcalde accidental de Cabrera de Mar ha expresado su preocupación porque no ve una salida clara al problema. 'Si estuvieran legalizados, podríamos hacer alguna cosa para ayudarles, pero así no sabemos dónde ponerlos', afirma el alcalde.

Al tratarse de una propiedad privada, el consistorio no puede desalojar la zona si no hay una orden judicial y de momento sólo se ha limitado a limpiar los alrededores del campamento. 'Hemos intentado que vivan mejor, pero supongo que su desencanto es tal que ya han perdido la ilusión por todo, incluso por la higiene', asegura Vilalta. 'Estas personas están sometidas a un miedo constante', lamenta el alcalde.

Los inmigrantes asentados en esta finca privada ya fueron desalojados hace un año por la Guardia Civil en cumplimiento de una orden judicial solicitada por el propietario de los terrenos.

El Ayuntamiento advirtió en aquel momento al propietario que cerrara la zona para evitar que volviera a ser ocupada, pero éste desoyó la recomendación del consistorio y los inmigrantes han vuelto a ocupar la finca.

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El descubrimiento de que la finca volvía a estar ocupada por los inmigrantes se produjo a raíz de un incendio que se declaró hace dos semanas en la zona. Ahora está en proceso una nueva orden judicial para desalojar la finca.

SUSANNA SÁEZ

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