El riesgo de la edad y el tabaquismo
Las legionelosis son unas enfermedades producidas por unas bacterias que habitan en el agua, llamadas legionelas; desde su hábitat y a través de aerosoles llegan a las vías respiratorias de los humanos y son inhaladas hasta el pulmón., donde se multiplican dando lugar a un cuadro de neumonía denominado enfermedad del legionario.
Aunque en escasa concentración, se encuentran prácticamente en cualquier hábitat de agua dulce (lagos, ríos, pantanos). Sin embargo, no se producen infecciones que tengan como fuente de contagio estos reservorios. Las legionelas pueden pasar en pequeñas cantidades a la red de abastecimiento público. Es raro que por esta causa se puedan producir infecciones. Sin embargo, la red de distribución de agua suele ser el vehículo de transporte de las legionelas hasta lugares menos inofensivos, donde pueden proliferar: depósitos de agua, torres de refrigeración, fuentes públicas.
Los humanos se infectan por inhalación de aerosoles contaminados. También se ha descrito infección por aspiración de agua contaminada, y en los hospitales por introducción accidental a través de respiradores contaminados. A pesar de que la legionelosis cursa generalmente con síntomas gastrointestinales, la ingestión no es una vía de adquisión de la enfermedad, como tampoco lo es el contagio entre personas. La enfermedad se presenta como casos aislados, donde es muy difícil establecer el origen de la infección, o como brotes epidémicos, cuando hay una fuente de infección común a la que se hallan expuestas un gran número de personas. Los factores de riesgo son la edad (es muy rara la enfermedad en niños y jóvenes), el tabaquismo (el tabaco destruye los cilios del epitelio respiratorio), y la inmunodepresión. Las legionelosis responden bien al ratamiento antibiótico. Las legionelas irán en aumento como causa de enfermedades. En nuestro país presumiblemente se detecten en el futuro nuevos brotes epidémicos o casos esporádicos. Esto es debido a las elevadas temperaturas y a las condiciones de vida actuales, que favorecen la creación de hábitats ideales para el desarrollo de estas bacterias y, también, a que se piensa en ellas y se utilizan métodos diagnósticos apropiados.
Manuel Segovia Hernández es catedrático de Microbiología de la Universidad de Murcia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.