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ASTE NAGUSIA

Berta lanza el último 'txupin' de las fiestas

Berta García encendará hoy la última mecha de la Aste Nagusia, a las diez de la mañana. Último txupin. Último día de la Marijaia de 2001. Última oportunidad para disfrutar de un Bilbao entregado a la fiesta. Quedan pocas horas, pero, por eso, hay que aprovecharlas a tope. A las once, final del torneo de pelota Aste Nagusia en el frontón de La Esperanza. Mientras, de la plaza del Arriaga, partirá el Hiri Krosa.

A mediodía, el Arenal acogerá una concentración de gigantes y cabezudos. Allí estarán el inglés y la bilbainita, el ferrón y la cigarrera, que son algunos de los 14 gigantes propiedad municipal que cada año se libran del polvo acumulado durante su cautiverio en el almacén del consistorio y salen a respirar aire libre.

A la una, el programa se vuelve a alborotar. Hay bilbainadas por el Casco Viejo con Bilbotarrak, bertsolaris en la plaza Nueva y teatro de calle en la plaza Arriaga (Álex Navarro con la obra L'home Xoc). Media hora después, el Gran Circo Mundial, que acampa hasta el 2 de septiembre en el parque de Etxebarria, vuelve a El Arenal para ofrecer su espectáculo junto a la Banda Municipal.

La última corrida de abono es hoy para la única ganadera que hay por estos lares: Dolores Aguirre. Sus toros los lidiarán Manuel Caballero, Pepín Liria y Víctor Puerto.

A las siete, en el muelle de Ripa, teatro infantil con Kollins Clown. Su obra, Barbantxo y Txano Gorritxo, es uno de los coletazos finales del programa para los más pequeños, que han tenido en el muelle de Ripa su espacio.

Despedida

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A las ocho, la ikurriña y Marijaia copresidirán la última bajada de las comparsas desde la plaza de toros, media hora antes de que el toro de fuego escupa inofensivas llamaradas en la plaza Arriaga y un cuarto de hora después de que la iglesia de la Encarnación cierre su oferta de música clásica con el Grupo Insieme. En Bilborock, hará lo propio Producciones Yllana, con su Rock & Clown a las nueve.

A partir de aquí, ya no hay más remedio que asumir que las fiestas se van. Eso sí, la despedida será de escándalo. Habrá luz, música, danza y fuego para despedir a la rubia omnipresente, la de la falda floreada y los brazos levantados, animando permanentemente el jolgorio. Marijaia se tiene que ir a las diez y media y lo hará desde el mismo punto al que llegó el sábado pasado: la plaza Arriaga. Lo malo es que con ella desaparece la Aste Nagusia -sólo quedarán los fuegos, de la pirotecnia barcelonesa Igual-. Lo bueno es que en 2002 vuelve.

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