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Entrevista:FRANCISCO VALLEJO | CONSEJERO DE SALUD

'Incentivar a los profesionales es clave para transformar la sanidad andaluza''

Ginés Donaire

Pregunta. ¿Existen motivos para la alarma por los últimos casos de legionela detectados en Huelva y Linares?

Respuesta. En absoluto. No se trata de brotes epidémicos como el ocurrido en Murcia. En Andalucía nos mantenemos en los mismos niveles (unos 30 o 40 casos anuales) desde hace bastantes años. Si acaso hay un ligero aumento, aunque debido a que tenemos métodos de diagnóstico mucho más potentes y somos capaces de acotar mejor la bacteria. Los protocolos de prevención se cumplen a rajatabla tanto en los centros sanitarios como en las instituciones cerradas y establecimientos hosteleros.

P. Tampoco son muy alentadoras las noticias sobre las muertes (dos en Andalucía) por ingerir Lipobay, el fármaco contra el colesterol de Bayer.

Los protocolos de prevención de la legionela en los centros sanitarios se cumplen a rajatabla'

R. Es cierto, pero hay que recordar que la Administración andaluza fue la primera del mundo en detectar el problema del Lipobay. Fue el pasado mes de marzo cuando un médico sevillano se dirigió a nuestro Centro de Farmacovigilancia para advertir de una incidencia en este fármaco. A raíz de ahí nuestro centro hizo un informe que remitió al Comité de Seguridad del Medicamento de Madrid para que se tomaran medidas.

P. ¿Qué le parece la decisión de los productores de orujo de recurrir la decisión del Gobierno central sobre los índices de benzopireno en el aceite de orujo por considerarla un agravio con otros alimentos?

R. Cuando se toma una decisión errónea, como la que adoptó la ministra de Sanidad, hay que pagar las consecuencias. Yo creo que imponer unos niveles de tolerancia inferiores al resto de alimentos da un lógico derecho de protesta a los orujeros. Pero, además, pone de manifiesto que no estamos ante un problema de salud pública, pues de ser así ese nivel de benzopireno se hubiera limitado en el resto de alimentos que lo contienen.

P. Con todo, cada vez parece que existe mayor concienciación entre la población en torno a los riesgos alimentarios.

R. Es cierto, pero no hay que olvidar que vamos a ser la primera comunidad autónoma, con capacidad ejecutiva, en crear una Agencia de Seguridad y Calidad Alimentaria. El proyecto de Ley ya pasó por el Consejo de Gobierno y pronto entrará en el Parlamento. Será una agencia independiente del Gobierno, con profesionales que sepan alejarse de los requerimientos políticos a la hora de tomar una medida sobre la seguridad alimentaria. Queremos que sea un organismo con credibilidad ante los ciudadanos, con un presidente independiente y un consejo de administración con participación de todos los grupos parlamentarios y los ayuntamientos, un órgano heterogéneo y con capacidad de transmitir información creíble a los ciudadanos cuando se produzcan alertas sanitarias.

P. La demanda de la Junta contra las tabacaleras es el gran asunto pendiente para la vuelta de vacaciones. ¿Es optimistas a pesar de que no existe ningún precedente de este tipo en España?

R. Hasta ahora la industria tabacalera ha ganado todos sus litigios, pero siempre ha sido a particulares. Nunca antes se ha producido una reclamación de este tipo (a través de un sistema sanitario público) ni en España ni en Europa. Los equipos jurídicos están ultimando la demanda junto a los responsables de los hospitales Virgen del Rocío y Macarena, de Sevilla, que serán los que aporten, como prueba, los historiales de los pacientes tratados por enfermedades relacionadas con el tabaco. También se están concluyendo las analíticas de los laboratorios sobre los contenidos del tabaco, tanto sus componentes cancerígenos como los aditivos. Queremos tener una buena base científica y demostrar que el tabaco altera la voluntad del ciudadano.

P. ¿Las listas de espera son su principal dolor de cabeza?

R. Los que más hablan de listas de espera, sobre todo el PP, son también a los que más les crecen los números en el Insalud. Es decir, nos exigen lo que no son capaces de hacer ellos. En Andalucía, desde marzo del año pasado se han reducido las listas de espera en más de 9.000 personas, pasando de 41.000 a 32.000 personas. Los que estaban en más de seis meses se han reducido de 13.000 a 8.000 y el tiempo medio de espera ha pasado de 109 días a 92. En el año 2000 se realizaron en Andalucía 10.000 intervenciones quirúrgicas más y las previsiones para este año son de un aumento de 15.000, es decir, un 4% más. Por primera vez un sistema público y gratuito de salud va a determinar, mediante un decreto que aprobaremos antes de fin de año, el tiempo máximo de espera (180 días) que puede afrontar un enfermo, un objetivo a corto plazo que nadie hasta ahora se ha planteado. Un motivo de satisfacción ha sido también ser pioneros en la vacuna contra la meningitis, que nos ha permitido reducir en dos tercios la mortandad infantil. Este año vamos a aumentar hasta los 10 años la vacunación gratuita, lo que supone un esfuerzo económico muy importante.

P. ¿Han desaparecido ya los recelos por la dispensación gratuita de la píldora poscoital?

R. El rechazo a esa medida vino sólo de los sectores más recalcitrantes ligados al Opus Dei. Los colegios farmacéuticos andaluces se sumaron a esta iniciativa, e incluso los médicos fueron los primeros que empezaron a dar respuestas en términos de salud en los centros donde se receta. Yo creo que la decisión, desde el punto de vista sanitario, fue impecable y acertada, y estoy convencido de que se extenderá pronto a otras comunidades.

P. Primero en Obras Públicas y ahora en Salud, ¿se considera un consejero comodín?

R. Más que comodín, soy político, un político con ilusión porque tenemos casi un centenar de proyectos pendientes para el resto de legislatura que van a marcar una nueva época en la sanidad andaluza. Por ejemplo, resulta reconfortante ver a centenares de profesionales trabajando fuera de su horario laboral en un proyecto que les ilusiona como es el Plan de Calidad de la sanidad andaluza. Si somos capaces de añadir a corto plazo incentivos para esos profesionales, yo creo que ése será el elemento clave para transformar la sanidad.

P. ¿Se refiere a incentivos económicos?

R. Sí, pero no supone un coste añadido, sino un ahorro a corto y medio plazo por conseguirse objetivos fijados.

P. ¿Vislumbra un recrudecimiento de la confrontación en el nuevo curso político?

R. Sobre todo en el PP, que tiene un problema gravísimo con el caso Gescartera que está intentando ocultar por todos los medios.

P. ¿Hasta dónde llega su ambición política?

R. No me planteo la política en términos de ambiciones personales, sólo aspiré y logré ser alcalde de La Carolina (Jaén). Pienso más en dar respuestas a los ciudadanos que en políticas de salón y de codazos, algo que me molesta. Después de ocho años en el Gobierno andaluz no sé si soy de los renovadores o de los que hay que renovar (risas).

Franscisco Vallejo.
Franscisco Vallejo.JUAN CARLOS CAZALLA

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