Jóvenes violentos provocan una trifulca en Gràcia que acaba con 17 policías lesionados

La plaza del Sol suele ser uno de los puntos de reunión de jóvenes del distrito de Gràcia. No sólo en fiestas, sino de forma habitual en los fines de semana. Al cierre de los bares y locales -que en verano está estipulado alrededor de las 02.30 - los grupos se quedan en la calle hasta el punto de que se ha organizado la venta ambulante de bebidas, desde cervezas hasta cubalitros que son requisados por la Guardia Urbana. Ése era el panorama de la plaza del Sol en la madrugada de ayer, concretamente a las 03.30 horas, cuando se produjeron los incidentes, momento en el que se habín congregado en ese espacio unas 500 personas.

Un patrulla de la Guardia Urbana requirió a un grupo de unos 20 ó 30 jóvenes que dejara de hacer ruido ya que algunos seguían tocando instrumentos de percusión. Los aludidos no hicieron caso de la indicación y apoyados por buena parte de la gente que llenaba la plaza comenzaron a increpar a los urbanos y a tirarles objetos.

Múltiples destrozos Éstos acabaron pidiendo más refuerzos y el apoyo de la policía. Pero mientras llegaban los refuerzos -y también despúes-los agentes fueron bombardeados por todo tipo de objetos. Según fuentes policiales, ese mismo grupo de unos 30 jóvenes fue el que emprendió una carrera por las calles adyacentes a la plaza del Sol y ocasionaron los daños materiales. Según el primer recuento, fueron destrozados los cristales de nueve entidades bancarias en Gran de Gràcia y tres cabinas telefónicas. También causaron daños en dos coches patrullas y dos motos de la policía local, a cuyos agentes atacaron con cristales que sacaron del interior de unos contenedores de reciclaje. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se hicieron cargo de los dos detenidos por la Guardia Urbana: B.M.V., de 22 años, y J.I.B.V., de 19.

Los disturbios no se alargaron mucho: a las cuatro de la madrugada se acabaron las carreras y los incidentes. A primera hora de la mañana de ayer, empleados de limpieza reparaban ya los desperfectos en el mobiliario urbano y a mediodía las huellas de la batalla se limitaban a las lunas rotas de bancos e inmobiliarias.

El concejal de Cultura y del distrito de Gràcia, Ferran Mascarell, insistía ayer en reiterar que se trató de un incidente 'importante', pero que no tenía que alterar el buen clima en el que han transcurrido las fiestas. 'Han sido modélicas y lo ocurrido en la madrugada de ayer hay que atribuirlo, posiblemente, a un ánimo especialmente encendido y a excesos en la bebida', argumentaba.

Mascarell recordó que la plaza del Sol suele ser uno de los espacios de encuentro de muchos grupos de jóvenes y que hace unos meses se llegó a un 'pacto' de convivencia con los vecinos, que se quejaban del ruido y las molestias que ocasionaban las concentraciones de jóvenes en la calle durante la madrugada.

Los bares cumplen y locales musicales cumplen ahora los horarios, pero el problema se produce cuando cierran, porque los clientes se quedan en la calle. Desde que ha empezado el verano, patrullas de la Guardia Urbana vigilan para reducir al mínimo las molestias cuando los bares bajan las persianas. No era la primera vez que llamaban la atención a un grupo ruidoso, pero ayer el incidente fue a mayores.

Algunos vecinos de la plaza del Sol se quejaban ayer de que los actos de gamberrismo son constantes. En ellos participa una treintena de jóvenes. Mascarell dijo ayer que es difícil precisar si se trata de un grupo estable de jóvenes alborotadores y si tienen alguna relación con los colectivos okupas asentados en Gràcia. 'No se puede criminalizar a nadie y creo que lo ocurrido ayer tiene que ver más con excesos que con otras cosas', zanjó.Los problemas de violencia urbana han afectado también a otras ciudades en los últimos meses. Ayer, los Mossos d'Esquadra detuvieron a José S.C., de 45 años y vecino de Lleida, acusado de incendiar unos 40 contenedores en la capital del Segrià en los últimos cuatro meses. La detención se produjo a las tres de la madrugada en la avenida Alcalde Porqueres, cuando una dotación de la policía autonómica localizó el individuo en el momento en el que tiraba un cigarro encendido en el interior de un contenedor de papel, informa Pere Joan Álvarez.

Momentos antes, los mossos habían recibido diversas llamadas que informaban que una persona, con las características físicas del detenido, había tirado un papel encendido dentro de un contenedor de la calle Garraf. En el momento de la detención se le intervino un encendedor. Los mossos lo acusan de cometer desde mediados de abril hasta la fecha unos 40 incendios de contenedores de Lleida. Precisamente, los tres últimos se prendieron la misma madrugada en que se lo detuvo. Desde principios de año, el total de contenedores quemados en Lleida capital asciende a más de 50.

También en Tarragona se han adoptado medidas contra la violencia urbana. Agentes de paisano de la policía local y nacional incrementarán sus patrullas por la noche en la ciudad con el objetivo de detener a los autores de actos vandálicos o a los que ocasionen daños al mobiliario urbano. Éste es uno de los acuerdos a los que llegaron ayer el concejal de Medio Ambiente y Limpieza del Ayuntamiento de Tarragona, Agustí Mallol, con el segundo comisario del Cuerpo Nacional de Policía, Víctor Fernández y del jefe de la Guardia Urbana, Josep Maria de Goya. El importe de los actos vandálicos en la ciudad desde el mes de enero hasta ahora asciende a alrededor de 10 millones de pesetas, informa Lali Cambra.

Mallol apuntó la posibilidad de que los detenidos que no puedan hacer frente a las sanciones o a la reparación de los desperfectos, podrían sufragarlas mediante la realización de trabajos sociales o limpieza de calles o bosques.

En total, según el Ayuntamiento, desde el mes de enero se han llevado a cabo 6.842 pintadas, se han destruido 50 lavabos públicos, 420 papeleras y 97 contenedores, algunos de los cuales llegaron a lanzarse incluso por el Balcón del Mediterráneo.

Las acciones de los gamberros se concentran durante el fin de semana y la mayoría de sus autores son jóvenes procedentes de fuera de la ciudad. Ayer no trascendió el número de agentes que se sumarán a las patrullas nocturnas de paisano, ni las zonas específicas de la ciudad por las que se llevarán a cabo.