4.000 personas reciben a la 'marcha azul' a su entrada en Aragón

Durante 30 años, los habitantes de Caspe y los de la zona no obtuvieron beneficio alguno de la presa. Caspe fue también origen de uno de los primeros movimientos ecologistas de Aragón -DEIBA-, que luchó contra la térmica de Endesa en Andorra (Teruel) y las centrales nucleares en los tiempos de la transición política. Muchos de aquellos viejos militantes aguardaban ayer a los viajeros. Una nube de pañuelos y globos azules dieron la bienvenida a quienes entraban en tierras aragonesas. Caspe hizo ayer un alto en su fiesta grande y recibió a la marcha con todos los honores. Unos 4.000 vecinos aguardaban su entrada por la carretera del pantano de Mequinenza. 'Al trasvase por cojones decimos no con razones', rezaba una gran pancarta. La alcaldesa de la ciudad, Teresa Francín (PSOE), con sus seis concejales, y el concejal del Par estuvieron en el recibimiento, pero no los cuatro ediles del PP.

En el Ayuntamiento se celebró una recepción y se leyó un comunicado. Luego la fiesta prosiguió durante toda la noche. Hoy la marcha llegará a Zaragoza, la recibirán los diferentes barrios que rodean el Ebro: La Cartuja, donde han sido convocadas las asociaciones vecinales, y la Almozara. Habrá una fiesta en los jardines de la Aljafería y un acto entre los puentes de Piedra y Santiago.

Mañana serán recibidos por el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y por el vicepresidente del Gobierno autónomo, José Ángel Biel, del Par. El Ayuntamiento de la ciudad, gobernado por el PP, no asistirá a recibir a la marcha azul, pero un acuerdo plenario ganado por la oposición ha obligado al consistorio a celebrar una recepción con saluda incluido de la alcaldesa en funciones del PP, Verónica Lope. La alcaldesa reconocía la paradoja de firmar una invitación para un acto al que no acudirá debido al apoyo que su partido da al Plan Hidrológico Nacional, que prevé el trasvase del Ebro al que se opone la mayoría de los aragoneses.