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Las fiestas vistas desde las barreras

Los problemas de movilidad se multiplican durante Semana Grande para las personas con minusvalías

Las calles del corazón de San Sebastián se convierten durante Semana Grande en ríos de gente. Los atascos de coches casi forman parte del programa festivo. Y viajar en autobús en horas punta, como antes y después de los tradicionales fuegos artificiales, es lo más parecido que se puede encontrar a orillas del Cantábrico a una de esas imágenes abarrotadas de transportes. Si desenvolverse estos días por la ciudad, sobre todo por el centro, no es tarea fácil para el común de los mortales, mucho menos lo resulta para quienes padecen alguna minusvalía física o sensorial.

Rosalía Jaurrieta se vale de una silla de ruedas para desplazarse y asegura que el mayor problema de las fiestas es viajar en los autobuses urbanos, porque van atestados y aumenta el número de cochecitos de bebé, un cóctel que, en ocasiones, deriva en 'pequeños enfrentamientos' a la hora de ocupar el espacio reservado precisamente para las sillas de minusválidos en los vehículos de plataforma baja.

'El conductor tiene que tener claras las prioridades, y hay algunos que no están a la altura de las circunstancias', subraya Jaurrieta, a quien le parece 'muy bien' que los carritos de niños entren en los autobuses, pero reitera que 'tiene que haber un orden de prioridades'. 'La señora del cochecito puede plegarlo y subirse a un autobús no adaptado, pero yo no', argumenta.

Los minusválidos que conducen su propio automóvil también se topan con dificultades, porque los cortes de tráfico con motivo de las fiestas les obligan a aparcar en zonas bastante alejadas de los recintos festivos. El director del Centro de Atracción y Turismo (CAT), Manu Narváez, reconoce que esto es un problema para las personas que padecen alguna deficiencia física, pero añade que permitir el acceso de sus coches sería 'complicado' por motivos de 'seguridad'. Matiza, en cualquier caso, que la Guardia Municipal 'intenta que los aparcamientos reservados para minusválidos en las zonas donde se mantiene la circulación estén disponibles'. Como contrapartida, Narváez resalta que todas las actividades infantiles se organizan en plazas, parques y demás espacios sin barreras arquitectónicas.

Aparte de las relacionadas con el transporte público y privado, Jaurrieta tampoco encuentra mayores dificultades para moverse por la ciudad, más allá de las habituales del resto del año, y disfrutar del programa festivo. 'Para ver los fuegos te buscas, como cualquier otro ciudadano, la zona desde donde mejor puedes observarlos y no hay problema', señala. 'También puedes disfrutar de las actuaciones musicales', continúa. Aunque puestos a citar pegas, Jaurrieta especifica que si, tras los fuegos artificiales, quiere desplazarse desde la zona de la playa o el puerto hasta el concierto que se organiza cada noche en el Paseo Nuevo tiene que dar 'toda la vuelta' a dicho paseo, pues el muelle carece de un acceso apropiado para las personas con problemas de movilidad. 'Pero ése es un problema ya viejo', subraya.

Los minusválidos aficionados a los toros, sin embargo, están de suerte, ya que la plaza de Ilumbe, inaugurada en 1998, oferta en todos sus tendidos, hasta sumar 80 localidades, espacios habilitados para personas con deficiencias físicas.

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El colectivo de invidentes nota quizá algo más el cambio de fisonomía que sufre el centro de San Sebastián durante las fiestas. Los ciegos que habitualmente se mueven solos por la capital guipuzcoana 'ven recortada su autonomía', ya que las calles cortadas, los espacios vallados, los semáforos acústicos desconectados o los pasos de cebra invadidos por las motos y los coches 'les despistan', de manera que en muchos casos se ven obligados a recurrir a la ayuda de familiares y amigos, relata Gerardo Pastor, técnico de rehabilitación de la ONCE. 'Pero la mayoría se lo toma con agrado y comprende que son unos días. No afrontan Semana Grande como un problema específico', asegura. Eso sí, Pastor aprovecha la ocasión para recordar que el CAT no ha editado el programa de fiestas en braille, por lo que algunos invidentes se acercan a la sede de la ONCE para pedir información.

Una mujer minusválida, ayer, en una zona adaptada para su silla en la plaza de toros de Ilumbe.
Una mujer minusválida, ayer, en una zona adaptada para su silla en la plaza de toros de Ilumbe.J. URIARTE

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