EL RETO DE JUAN PONS DE SER TRÁGICO Y CÓMICO EN UNA NOCHE
El barítono protagoniza en el Festival de Peralada una doble velada lírica con el drama Il tabarro y la comedia Gianni Schicchi, de Puccini, junto a la soprano Montserrat Martí y bajo la dirección de Miguel Ángel Gómez-Martínez.
De patrón de una barcaza que navega por el Sena y que carcomido por los celos acaba asesinando al presunto amante de su mujer, a pícaro florentino que oculta un cadáver para cambiar el testamento y beneficiarse de la fortuna del muerto. El barítono menorquín Juan Pons afronta el reto de pasar del drama desgarrador de Il tabarro a la ligereza de la comedia de Gianni Schicchi en la misma noche, en la doble velada lírica con óperas de Puccini programada por el Festival de Peralada (Girona) para los próximos martes y jueves. Una velada en la que, bajo la dirección musical de Miguel Ángel Gómez-Martínez, debutará como cantante de ópera en el festival gerundense la joven soprano Montserrat Martí, hija de Montserrat Caballé, y en la que también participan el tenor Giorgio Merighi y la soprano Francesca Patanè.
'Para cualquier barítono es un reto pasar del drama a la comedia en los 20 minutos de pausa entre el final de una ópera y el comienzo de la otra. Pero a mí me gusta afrontar los dos personajes en una misma noche', aseguró ayer Juan Pons, para quien estas dos óperas de Puccini son su primera incursión fuera del repertorio verdiano desde hace 10 meses. 'La verdad es que me lo paso mejor en la comedia que en el drama', dijo el barítono, que desde hace años triunfa en los principales coliseos líricos del mundo con sus interpretaciones de los grandes dramas de Verdi y Puccini.
Pons apadrina el debut operístico de Montserrat Martí en Peralada ante la ausencia en el estreno de su madre, Montserrat Caballé, operada el pasado martes en Barcelona de una hernia abdominal estrangulada. Después de haber interpretado en numerosos recitales la célebre aria O mio babbino caro, de Gianni Schicchi, Martí se enfrenta por primera vez sobre un escenario con la ópera de Puccini.
Los dos montajes cuentan con dirección escénica de José Antonio Gutiérrez y Elisa Crehuet, quienes han optado por el color negro para el drama con una escenografía atemporal y los tonos claros y luminosos para la comedia, que sitúan a finales del siglo XIII como indica el libreto. En un guiño operísitico hacen aparecer a Montserrat Martí y al tenor Salvador Carbó, novios en Gianni Schicchi, en el montaje de Il tabarro representando a una pareja de enamorados.
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