Fin de fiesta un tanto guarro
La Blanca concluye con un bajón de público en los últimos días y críticas a los productos de limpieza empleados
A la espera de la estimación oficial sobre las fiestas de Vitoria, que hoy presentará el alcalde de la ciudad, Alfonso Alonso, y la concejal de Festejos, Encina Serrano, los primeros sondeos a pie de calle ofrecen una valoración desigual sobre esta primera edición del tercer milenio de La Blanca. Como si se estuviera ante una contienda electoral, un año más, los responsables municipales explicarán, acompañados de numerosas cifras, el acontecer, exitoso por supuesto, de estos seis últimos días.
Ya se sabe que las encuestas no suelen adelantar los resultados oficiales, siempre más generosos. Hay, sin embargo, algunas verdades a estas alturas: las deficiencias en la limpieza de los espacios públicos, causadas sobre todo por la escasa calidad de los productos utilizados; la huida masiva de muchos vitorianos pocas horas después de que bajara el Celedón, y el éxito clamoroso de Azúcar Moreno y Los Panchos en la plaza de los Fueros, mientras que Fermín Muguruza triunfaba en el recinto de txosnas.
Y, por encima de todo, afortunadamente, la ausencia de incidentes graves, que han llevado a un joven a la página principal de la sección de sucesos porque tenía plantas de marihuana en su casa (80, demasiadas para alegar que eran para su propio consumo).
Tranquilidad contrastada
Esta tranquilidad la han vivido los principales trabajadores en fiestas: barrenderos y camareros, hoy en día denominados empleados de limpieza y responsables de hostelería.
Así lo comenta Juan Carlos Redondo, uno de los once barrenderos que trabajan en el sector más machacado de las fiestas, el recinto de txosnas. 'No hemos tenido ni un solo problema. Para cuando llegamos, los inquilinos de estos jardines ya están durmiendo y ya ha pasado el equipo de recogecarteras, por lo que hay muy poco ambiente'.
El equipo de recogecarteras está formado por un grupo de jubilados que recorren el recinto festivo armados de un bastón con el que rastrean los efectos colaterales de la noche: billeteras perdidas, monedas sueltas y lo que caiga.
Así que Juan Carlos Redondo y sus compañeros de labor no encuentran ningua recompensa cuando se disponen a barrer hasta la última colilla del recinto festivo.
Pili Rabaz, responsable del café Dublín (www.cafedublin.com), en plena plaza de la Virgen Blanca, reconoce que las fiestas han discurrido con tranquilidad. Este local, que sólo cierra en estos días de 5 a 10 de la mañana, es un buen termómetro del calor festivo. 'No sé si son demasiados días o que la gente comenzó las fiestas desde el jueves anterior, pero este año se ha notado un bajón considerable, sobre todo, a partir del lunes', comenta Pili Rabaz. Su única crítica se remite a la escasa calidad de los productos empleados para limpiar la plaza en la que se ubica su establecimiento.
Quizás sean estos comentarios los que hayan llevado a la concejalía correspondiente a adelantar las tareas de limpieza de la ciudad. Los servicios municipales de limpieza de Vitoria emplearán, a partir de hoy y hasta finales de mes, 200.000 litros de agua y 125 litros de desinfectantes en el programa de 'limpiezas especiales'. Trabajo no les faltará porque, además de estos seis días, ayer los blusas hicieron el guarro oficialmente (agua y harina para todos los públicos) para acabar de rematar la faena. Fue horas antes de que Celedón ascendiera a su torre hasta el próximo 4 de agosto.
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