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Reciclar tres millones de terminales obsoletas

En un breve lapso, el teléfono móvil se ha convertido en una herramienta cotidiana y también en un residuo creciente. Al acabar 1995, el número de usuarios en España aún no alcanzaba el millón. Cuatro años después, a finales de 1999, eran ya 15 millones. La cifra ha continuado en ascenso: ahora se acerca a los 27 millones de usuarios, según fuentes del sector.

Con el incremento de la clientela, ha aumentado el número de aparatos en desuso: la llegada de la telefonía de segunda generación (GSM) arrinconó las terminales analógicas. Además, la disminución en peso y tamaño lograda en los aparatos más modernos ha contribuido a que los usuarios se inclinen por ellos en detrimento de modelos más antiguos. Por todo ello, el aumento de la basura telefónica ha sido espectacular.

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Según el Ministerio de Medio Ambiente, existen unos tres millones de aparatos en desuso. Añade que en 2000 se produjeron 766.506 kilos de residuos de terminales móviles. Para este año prevé que la cifra aumente hasta los dos millones de kilos. En 2003 ascenderán hasta los tres millones.

A la vista de la situación, los fabricantes de terminales, agrupados en la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec), ha emprendido una campaña de reciclaje de teléfonos celulares. Sólo durante el mes de julio se recogieron siete toneladas de teléfonos, o sea, unas 100.000 unidades, indica un portavoz de los promotores. El proyecto va en sintonía con la doctrina de la UE, tendente a que los fabricantes de cualquier bien que genere residuos colaboren en su desaparición o reciclaje.

La industria asegura que los móviles 'son aprovechables al 95%'. Según el Ministerio de Medio Ambiente, que apoya la campaña de reciclaje, los teléfonos recogidos se envían a una planta de Erandio (Vizcaya). Allí se retiran las baterías, un residuo considerado peligroso que está previsto enviar a una planta francesa. Las pantallas de cristal líquido se extraen de forma manual. Los componentes metálicos se trituran antes de su posterior reutilización.

Todos los elementos obtenidos en el proceso de reciclaje se emplean de nuevo para otros teléfonos u otros tipos de material electrónico.

La asociación Asimelec, en la que están inscritas empresas como Nokia, Panasonic o Siemens y los operadores Airtel y Amena, ha invertido 40 millones de pesetas en la campaña de reciclaje. Ésta comenzó de modo experimental en Madrid a comienzos de este año. Semanas después se extendió al resto de España.

El reclamo principal es un autobús, Tragamóvil, que el mes pasado recorrió siete comunidades autónomas. Además, existen unos 300 puntos de entrega, ubicados en los servicios técnicos y talleres de reparación.

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