Las protestas marcan el inicio del Festival de Edimburgo

El Festival de Edimburgo ha arrancado con protestas. Emma Thompson, Julie Christie y Victoria Wood encabezan una campaña contra la multinacional Nestlé, principal patrocinador del Festival Fringe (Alternativo) de Edimburgo, que comenzó el pasado fin de semana. El trío de estrellas pide el boicoteo del trofeo Perrier, un galardón que premia al mejor espectáculo cómico. Pero su proclama no ha movilizado a las nuevas generaciones de humoristas. El premio representa la gran oportunidad de despegue nacional de cientos de comediantes que prueban fortuna en los locales de Edimburgo. Compañías de televisión y empresarios de salas de teatro peregrinan cada año al festival en busca de nuevos valores con lucrativos cheques para ofrecer al ganador y a los finalistas del Perrier.

Emma Thompson debe precisamente su fama al Premio Perrier. Fue una de las primeras galardonadas con su grupo Cambridge Footlights, en el que también estaban Stephen Fry y Hugh Laurie. 'La gente con ideas correctas debe boicotear el premio porque se debe frenar a Nestlé', defiende la actriz. Aguas Perrier es una filial de esta multinacional, objetivo de una protesta por su comercialización de leche en polvo en países del Tercer Mundo. De momento, tan sólo un local del circuito Fringe, el Bongo Club, secunda el boicoteo y ofrece un premio alternativo, el Tap Water (Agua de Grifo). 'La idea de que sólo se puede conseguir agua limpia en una botella es una vergüenza', dice Victoria Wood. En los últimos años, la comedia y, específicamente, los llamados stand up (monólogos cómicos) dominan la oferta del Fringe frente a disciplinas más tradicionales, como el teatro o los musicales. Los humoristas son los amos entre los más de 10.000 artistas del total de 666 grupos, procedentes de 49 países, que montarán cerca de 1.500 espectáculos en agosto.

Pero hay más que comediantes y actos alternativos en la capital escocesa, a la que también acudirá el escritor norteamericano Gore Vidal. El Festival abre sus puertas el próximo día 12 con un programa de danza, música clásica, ópera y teatro. El valenciano Carles Santos repite con la ópera Ricardo i Elena y el Ballet de Nueva York presenta las nuevas coreografías de su fundador, George Balanchine. Del esfuerzo de Santos, el programa destaca su 'brillantez' e 'intensa musicalidad, que permite al autor explorar ideas, emociones y experiencias con efectos fantásticos y surrealistas'.