'El drama es que no se ha dotado a este país de un marco de convivencia'
Ignacio Latierro (San Sebastián, 1943), parlamentario socialista entre 1991 y 1998, es un librero de vocación. 'De los que se desviven por recomendar una buena lectura', dice un cliente. Pero le ha tocado mucho más que ejercer bien su oficio. Y también padecer. El año 2000 figura en su calendario como un año negro. ETA asesinó a dos de sus amigos: el columnista José Luis López de la Calle y el ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregui, trató de matar a José Ramón Recalde, y acabó con la vida de uno de sus clientes, Ernest Lluch. Ayer abrió al público junto a María Teresa Castells, esposa de Recalde, la nueva librería Lagun, cerrada desde el intento de asesinato de aquél. La inauguración oficial será el próximo septiembre.
'Antes teníamos claro que el franquismo iba a acabar. Pero esto no sabemos ni cómo ni cuándo'
Pregunta. ¿De dónde han sacado las fuerzas para reabrir la librería?
Respuesta. De la gente, de los amigos y de los clientes, que no sólo nos han animado a seguir sino que, sobre todo, han buscado y aportado la financiación para este local.
P. ¿Puede entonces más la ilusión que el miedo?
R. Puede más la voluntad de seguir trabajando como libreros. Llevamos más de 30 años y, a pesar de las dificultades, pensamos que debíamos seguir. Pero además hay dos cosas muy claras. Primero, nos gusta el libro, la cultura impresa. Luego hay otro problema, y es que además son nuestros puestos de trabajo. Somos mayores como para pensar en reciclarnos.
P. Han padecido el franquismo, la kale borroka, la violencia de ETA. ¿Cuál ha sido su momento más difícil en estos 32 años?
R. El intento de asesinato de José Ramón, aunque no tenía una relación directa con la librería. Pero si hablamos de Lagún fue la Nochebuena del 96. La tienda apareció destrozada, llena de cristales y de pintura. Pensé que iba a ser muy difícil que continuásemos. Pero al día siguiente empezó a venir tanta gente a llevarse no sólo libros, sino también trozos de cristal, que decidimos seguir adelante.
P. ¿Lagun ha pasado de la dictadura a la democracia sin transición?
R. No sólo Lagun, creo que es el país. Desgraciadamente nos ha tocado ser un ejemplo. Pero el hecho es que este país todavía no ha sido capaz de garantizar la libertad de sus gentes.
P. ¿Echa en falta más protección policial?
R. Sí, pero no en particular, en general se echa en falta más eficacia.
P. ¿Confía en que la reunión de la semana pasada entre Balza y Rajoy arroje sus frutos?
R. Aunque las distancias son largas, no van a tener más remedio que entenderse.
P. ¿Cómo vivió los resultados de las últimas elecciones autonómicas?
R. En mi dedicación y afición política creo que he ganado muy pocas elecciones y éstas tampoco. Tenía cierta confianza en que las cosas podían cambiar pero soy consciente del profundo sentido nacionalista que hay en este país y que acabó manifestándose en las urnas.
P. Arnaldo Otegi dijo el otro día que son los jóvenes que nacieron ya con el Estatuto quienes hoy empuñan las armas. ¿Es éste uno de los dramas?
R. Creo que el gran drama es que las instituciones no han sido capaces de dotar a este país de un marco de convivencia. Ahora, explicar que alguien de 20 años esté dispuesto a matar a la gente, es algo que se me escapa. Además, hay un hecho soprendente. La gente que sufrió al final de la guerra civil o en la primera resistencia al franquismo, comunistas y socialistas, sólo aspiraron después a vivir con sus ideas. Pero no tenían ningún tipo de rencor.
P. ¿Y ustedes, cómo vivieron aquella época? ¿Les cerraron alguna vez la librería?
R. No llegaron a hacerlo nunca. A María Teresa la encerraron un mes, a mí me llevaron a comisaría, pusieron alguna bomba. Pero en aquella época había dos cosas que no hay hoy. Eramos más jóvenes y además teníamos la convicción de que el franquismo iba a acabar. Esto también acabará, pero tampoco tenemos muy claro ni cómo ni cuándo.
P. ¿En alguna ocasión ha habido un distanciamiento con distribuidoras y editoriales por cuestiónes ideológicas?
R. Tenemos nuestras propias ideas y nuestra propia manera de pensar. Pero Lagun siempre ha sido una librería abierta a una cultura amplia y democrática en el sentido general. Ha aceptado todo tipo de libros siempre que tuvieran un interés. Nos podemos equivocar nosotros con respecto a lo que tiene o no tiene interés. Pero la librería no discrimina autores ni editoriales por razones ideológicas en ningún caso, faltaría más.
P. María Teresa y usted no dejan de hablar del apoyo que han recibido de la gente. ¿Cómo van a saldar esa deuda?
R. Procurando atender al público de la mejor manera posible y tratando de que la librería subsista y siga siendo lo que era antes, un establecimiento con sus limitaciones, pero que ofrezca un tratamiento personalizado a la gente y tenga voluntad de buscar más allá de lo más trillado.
P. Aquello que se sale de las listas de los más vendidos.
R. Exacto.
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