JEREMY IRONS, EN UN FILME SOBRE EL FIN DE LA CALLAS

Un deseo que lleva 25 años anidado en el corazón del director italiano Franco Zeffirelli: ha resucitado a Maria Callas. Pero, para desgracia de los melómanos, la diva de la ópera sólo vuelve a través del cine.

Cuando a principios de 1977, meses antes de que muriera la cantante griega, Zeffirelli intentó convencerla para que diera un concierto de reaparición en el londinense Covent Garden, Maria Callas se negó en redondo a salir de su autoimpuesta reclusión y sólo quiso hablar con él de 'asuntos del espíritu'. Desde entonces, el cineasta italiano, también reputado escenógrafo y director teatral, mantuvo un silencio absoluto sobre su amistad con Callas. Silencio que ha roto con Callas forever, su último rodaje en el que reconstruye, mitad ficción y mitad realidad, los 40 últimos días de vida de la considerada la gran diva de la ópera.

¿Y por qué este cambio de decisión? Porque Zeffirelli quería dejar claro su amor por Callas y porque ha encontrado los dos rostros perfectos para encarnar a sus protagonistas: la francesa Fanny Ardant es Maria Callas y el británico Jeremy Irons encarna a Larry Clark, un empresario ficticio que intenta convencer a la cantante para grabarla en vídeo encarnando a Carmen, la protagonista de la ópera homónima. Aunque sea en playback. En entrevista telefónica desde París, Irons, con su inconfundible voz grave y su excepcional acento inglés -uno nunca sabe si el actor está charlando o recitando a Shakespeare-, describe a su personaje como un buen hombre. 'Es un empresario dedicado a los grupos de rock sólo por dinero, que quiere recuperar a Callas. Ama su música y admira a la persona. Puede que se confunda en su fin, pero sus intenciones son honestas'. Justo como le pasó hace 24 años a Zeffirelli. 'Desde el momento en que Franco me llamó, hace un año, para participar en el rodaje, comenzamos a reescribir el guión. Es una condición imprescindible para que yo ruede con alguien, que pueda colaborar en la escritura de mi personaje'. Ese trabajo le hizo descubrir los parecidos entre su Larry Clark y Zeffirelli: sus gustos sexuales, su amor por Callas, su insistencia en devolverla a la actualidad para la música... 'Hay un montón de Franco en el guión, y aún más en el corazón de Larry'.

Irons reconoce que nunca vio a Callas y que lo que sabía de ella era lo mismo que el resto de los mortales. 'Había oído algunos de sus discos, por supuesto conocía algunas de sus historias más trágicas y bastantes de los cotilleos sobre su relación con Onassis'. Cuando Zeffirelli le llamó, el británico, nacido hace 52 años en Cowes, en la isla inglesa de Wight, comenzó a leer libros sobre ella. 'Ahora creo que ha sido la más grande cantante de ópera que haya existido, y que tuvo una desgraciada y breve carrera, por lo menos en la plenitud de sus condiciones. Su voz salía de su interior, era especial'.

Zeffirelli le contó al actor cómo en 1955, tras la fiesta que celebraba el estreno de La sonámbula, de Bellini, en la Scala milanesa, Callas le confesó que había empezado su declive. Aunque Irons ha cantado en el cine (fue, por ejemplo, la voz de Scar en El rey león), en la radio (ha dado diversos conciertos en la BBC), y en los escenarios (ha actuado en My Fair Lady -musical que luego grabó en disco junto a Kiri Te Kanawa- o Godspell), cree que nadie puede entender a Callas: 'Su vida tuvo muy poco que ver con la de cualquier otra diva de la ópera, con la de los cantantes o incluso con la de las grandes estrellas de cine. Ella era muy especial, un genio irrepetible'.

En Callas forever coinciden por tercera vez Fanny Ardant y Jeremy Irons, tras El amor de Swann (1984) y Australia (1989). 'Es una actriz impresionante y es una Callas maravillosa'. Algunos rumores apuntan a que, desde el inicio del rodaje en París, Irons y Ardant han sido más que pareja profesional. ¿Y cómo es Zeffirelli? 'No puedo hablar mal de él. Hemos estado buscando cómo trabajar juntos desde hace años, porque somos viejos amigos. Tiene un ojo fantástico y, bueno, es incontrolable: a veces habla mucho y otras es una tumba', bromea. Pues su relación de amistad proseguirá durante las próximas semanas, en las que el equipo artístico, en el que están los españoles Manuel de Blas y Ángela Molina, de esta producción de 3.200 millones de pesetas -el 10% lo pone la productora española Alquimia-, rodará en Bucarest, Rumania y, finalmente, al sur de España, para filmar alguna secuencia sobre Carmen, una ópera que Callas jamás interpretó en los escenarios.