Sentencia antes de juicio

Como se dice, el pueblo quería que rodaran cabezas y ha tenido las cabezas. Pero ¿estamos seguros de que el pueblo quería realmente ver rodar cabezas y que las cabezas que han rodado eran las justas? (...) Para el Estado resulta que los responsables del zafarrancho de Génova han sido el subdirector general de la Policía, el jefe de las fuerzas antiterroristas y el prefecto de Génova. Libres de culpa han resultado, por el contrario, el jefe del Gobierno, 'que se subió a un tren ya en marcha', y el ministro del Interior, que se limitó a aplicar 'los planes de seguridad decididos por otros'. (...) Puede ser que la responsabilidad de lo acaecido en Génova sea sólo de esos tres funcionarios, (...) pero permítasenos dudar y confesar que sobre el epílogo a la tragicomedia genovesa se siente aletear el fantasma de la 'solución a la italiana'.

Después del duro enfrentamiento entre mayoría y oposición, después del intercambio de graves acusaciones entre ambas formaciones políticas, (...) no es difícil imaginar que el caso de Génova se cierre con la defenestración de los tres funcionarios. (...) No es una casualidad que el presidente Ciampi, en su afligida intervención (...), haya pedido que, sobre todo, se esclarezca la verdad, consciente como es de que verdad y culpabilidad no siempre van de la mano.

A partir de hoy podemos afirmar que los responsables han sido identificados y castigados. Pero que se haya investigado hasta llegar a la verdad sobre lo sucedido en Génova, es otro cantar. Un cantar que ya estaba cerrado incluso antes de ponerse en marcha.

Federico Geremicca

Turín, 3 de agosto