El maratón más fuerte

Coincidiendo en el tiempo, se han retirado Martín Fiz y Abel Antón, los atletas que revolucionaron el maratón (42,195 kilómetros) español, los ganadores de los tres últimos Campeonatos del Mundo. Tres españoles de edad similar, rondando los 30 años; de marcas parecidas, en las 2 horas y 7 minutos, y experiencias diferentes tomarán en la madrugada de mañana el relevo, la difícil tarea de la sustitución. Son un badalonés, Javier Cortés; un toledano, Julio Rey, y un mallorquín, Antonio Peña. Hasta que la prueba la decida, no hay jerarquías entre ellos. Nadie manda. 'Somos la nueva generación, y lo tenemos asumido', proclama Cortés; 'pero no quiero que se nos compare con los anteriores a las primeras de cambio'.

Les espera evidentemente una tarea difícil. Más difícil todavía: Edmonton no será una prueba fácil. Se habla de que será el maratón más fuerte de la historia con la participación del plusmarquista mundial, el marroquí nacionalizado estadounidense Jalid Januchi (2h 5m 42s); de los dos últimos campeones olímpicos, (el surafricano Josiah Thugwane y el etíope Gezehegne Abera; del ganador del de Londres, el marroquí Abdelkader el Muaziz, y del keniano Josephat Kiprono, poseedor de la mejor marca del presente año (2h 6m 44s, en Rot-terdam).

Entre los seis mejores

Los tres mejores españoles, de un equipo de cinco que se completa con el vallisoletano Óscar Fernández y el vasco Kamel Ziani, han llegado a Canadá con unas marcas que rondan las 2h 7m 30s, conseguidas en la primavera y que les colocan entre los seis mejores participantes. Pero este dato puede ser un asunto secundario. 'Los registros están ahí', añade Cortés; 'las medallas quizá tendrán que esperar. Nos gusta ser el relevo, pero que nos den tiempo'.

'Un Mundial es siempre una carrera táctica', explica Rey; 'no es como los otros maratones, en los que todos corren para hacer una gran marca. Aquí supongo que la salida será lenta, que serán más rápidos los segundos 20 kilómetros que los primeros y que se tratará de saber llegar bien'. 'Sí, eso es', rubrica Cortés; 'hay que correr de manera inteligente'.

Son tres atletas prudentes. Hablar de medallas les hace tocar madera. Quedar entre los ocho primeros les parece, de entrada, una maravilla. Aunque Rey es más lanzado. 'Voy por el podio', dice el toledano, entrenado por su padre y que ha estado suspendido por dopaje después de dar positivo en abril de 1999 en Rotterdam. Dos años después ha regresado y en abril, en Hamburgo, hizo prácticamente la misma marca que el día de su positivo. 'Corrí enrabietado y motivado', explica Rey; 'era mi primera competición después de dos años. Allí, por lo menos, salvé la temporada. Ahora estoy más tranquilo'.