Getxo, de mal en peor

Menuda nos ha caído con el alcalde Zarraoa. Ahora nos sale con lo de los nudistas (aunque, la verdad, es que tiene su punto de razón: a ellos hay que respetarles pero ellos deberían entender que otros no compartan su postura), pero peor es lo de no poder comer y asolearse en bañador en las campas de toda la vida.

Mire, dedíquese a que los perros de presa vayan sujetos (dese una vuelta por plazas céntricas y verá, algunos ni collar) y no dejen sus 'regalitos', a que no haya coches estacionados en doble fila o en los cruces, a que los 'cocteleros' no hagan de las suyas impunemente, a ayudar a sus víctimas, a atender a los menos favorecidos, etc., y deje la moral cristiana para la Iglesia.

Las fiestas: sacó un decreto con 'prohibición expresa de poner barras suplementarias'; las ha habido y en la calle, porque las multas las amortizan en un par de horas. Y sobre el ruido de los conciertos de San Nicolás, 'se toleran 100 decibelios en el foco', '70 si se mide en la fachada de las viviendas más próximas', decía; anoche se oía 'a tope' en Alangos. De la porquería, de los olores, de los orines incluso de día, ni hablamos.

Peor todavía: en esa misma plaza, carteles jaleando a la 'heroína' muerta por su propia bomba, incluso en la terraza de la biblioteca, porque les dejan ponerlos, como todos los años.

¡Qué se puede esperar del comisario político censor de ETB durante ocho largos años.