El movimiento integrista amenaza con vengarse

El grupo integrista palestino Hamás, cinco de cuyos militantes murieron ayer cuando helicópteros israelíes dispararon cohetes contra un edificio de la ciudad cisjordana autónoma de Nablús, juró una pronta venganza contra Israel.

'El pueblo israelí pagará el precio de la matanza, porque la sangre de nuestro pueblo también es roja y vale mucho', dijo el jeque Ahmed Yasín, jefe espiritual y fundador del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). Yasín, un sexagenario minusválido que se mueve en silla de ruedas, afirmó que 'el Gobierno israelí ha violado todas las líneas rojas y sobrepasado todos los límites al cometer esta nueva y terrible matanza'.

El jeque, que fundó el Hamás en 1987 (durante la anterior revuelta palestina contra la ocupación israelí) y estuvo en varias ocasiones en cárceles israelíes, aseguró que dedicará todo su tiempo y trabajará intensamente 'en una reacción inmediata a los terribles crímenes que comete [Ariel] Sharon', el derechista primer ministro israelí, líder del partido Likud.

Todos los organismos de seguridad de Israel se encuentran desde hace varios días en estado de alerta máxima, en previsión de un atentado de grandes proporciones en ese país que, según sus autoridades, estaban preparando los dirigentes de Hamás muertos en el ataque aéreo contra el edificio de Nablús.

Es la pescadilla que se muerde la cola. Lo que se teme que ocurra, sucede precisamente porque se teme que ocurra. A partir de ahora, el estado de alerta máxima existente en Israel se justifica más que nunca.