El colectivo gitano se reivindica en Alicante
Los portavoces de la etnia piden la inclusión de sus valores culturales en las aulas para frenar el absentismo
El escenario elegido fue el antiguo hipódromo de Alicante. Paradójicamente, a menos de 200 metros habitan, en chabolas, media docena de familias, en teoría, directamente relacionadas con el evento: el Día Internacional del Pueblo Gitano. Sin embargo, estos vecinos desconocían el motivo de la celebración: 'Sólo sabemos que esta noche viene Parrita a tocar en el parque, y además gratis', comentó una mujer.
Competiciones, barra libre, empanadillas y mucha música de corte flamenco fueron los ingredientes que eligió la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas (FAGA) para amenizar la jornada. Los representantes de las asociaciones gitanas omitieron este año términos como 'inserción, integración' y concretaron sus reivindicaciones en los problemas de absentismo escolar, la carencia de referencias al mundo gitano en las aulas y la existencia de guetos gitanos en las grandes ciudades.
La trabajadora social María Eugenia González pidió una revalorización de los monitores gitanos, 'los únicos capaces de meterse en las casas e intermediar entre las familias y las institucione escolares y sanitarias'. González denunció que en la Comunidad apenas trabajan 30 monitores de esta etnia. Para combatir la desmotivación de los niños en las aulas, la técnico aboga por impartir cursos al profesorado para incluir la cultura gitana en las aulas. 'Así los niños se verán identificados y reconocidos con las materias que aprenden, y los padres no vincularán la educación con una pérdida de sus valores tradicionales', explicó. Respecto a la situación actual de la mujer gitana, González resaltó la labor emprendida por este colectivo, 'mucho más sensibilizado e implicado con sus problemas y más motivado para promocionarse socialmente', matizó.
Por su parte, el presidente de la Federación, Agustín Jiménez, 'gitano de burro y carrito' según sus palabras, apeló a la población para que acepte a las familias gitanas que se trasladan de las chabolas a los edificios. 'La gente no quiere que se metan las familias gitanas en sus propias fincas; se oponen sin conocerlas'. Aún así, Jiménez reconoció lo imprescindible en la formación de hábitos alimenticios, higiénicos y de convivencia de esta etnia antes de ocupar viviendas 'verticales'. 'Esperamos que un día el gitano no tenga asociación y que sea un ciudadano más', concluyó.
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