Torroella de Montgrí recuerda a Ernest Lluch con un concierto
La población bautizó ayer una plaza con el nombre del profesor asesinado por ETA
Jordi Savall se encargó de oficiar la ceremonia musical al frente de la Capella Reial de Catalunya y el Coro Lieder Càmera en un concierto que el Festival de Torroella de Montgrí, en el que Lluch colaboró activamente desde 1997, ha dedicado a su memoria y que, junto a la familia de Ernest Lluch -sus tres hijas, Mireia, Eulàlia y Rosa; su hermano, Enric, y Montserrat Lamarca, su compañera-, reunió anoche a cerca de 600 personas en una abarrotada iglesia de Sant Genís, entre ellas el consejero de Cultura de la Generalitat, Jordi Vilajoana; los alcaldes socialistas de San Sebastián, Odón Elorza, y de Girona, Joaquim Nadal; el presidente del PSC, Pasqual Maragall; el presidente de la Diputación de Girona, Carles Páramo; el rector de la Universidad de Barcelona, Joan Togores, y numerosas autoridades de la provincia de Girona, profesores de la Facultad de Economía de la UB y representantes del mundo editorial.
A las 21.30 horas, una hora antes del inicio del concierto, que se prologó con la voz en off de Ernest Lluch explicando sus preferencias musicales, rescatada de una entrevista realizada por Catalunya Música al ex ministro socialista en 1999, Montserrat Lamarca descubrió una placa en Torroella de Mongrí que reza: 'Plaça d'Ernest Lluch'. Éste es el nombre que desde ayer lleva una nueva pequeña plaza abierta en el casco antiguo de la población del Baix Empordà después que el municipio decidiera derribar un viejo edificio previamente adquirido para esponjar la zona.
Josep Ferrer, alcalde de Torroella, presentó el acto de inauguración de la plaza, en el que el escritor Antoni Puigverd, retomando la tesis de su artículo para el libro Entre Lluchs, realizó un repaso por lo que llamó el 'vocabulario de Ernest Lluch': libertad -'fue un hombre comprometido con la libertad, defensor de la democracia pero discrepante y con personalidad propia', dijo-, simpatía -'era muy poco convencional, capaz de relacionarse con multitud de personas de muy diferente signo', recordó-, contradicción -'se contradecía a sí mismo y era capaz de asumir esa contradicción', subrayó- y trabajo -'poseía una gran versatilidad y su capacidad de trabajo le llevó a hacer tal cantidad de cosas que cualquier otra persona precisaría ocho vidas para realizar lo que él hizo en sólo una', destacó-. Puigverd concluyó diciendo que con Lluch sería un gran error utilizar la operística frase 'una bella morte tutta la vita honora'. 'Lo único que ha hecho su muerte es demostrar que la figura incómoda que para muchos representó Ernest Lluch es absolutamente necesaria', aseguró el escritor gerundense.
Josep Lloret, director del Festival de Torroella de Montgrí, recordó en su parlamento el porqué del concierto celebrado anoche y rememoró, emocionado, la intensa relación de Lluch con el festival desde que éste propuso reestrenar en 1997 la olvidada opera de Ferran Sor Il Telemaco nell'isola di Calipso.
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