El Programa Ramón y Cajal
Ante la multitud de noticias y quejas que sobre el Programa Ramón y Cajal (pRyC) se están publicando en estos últimos meses, algunos de los investigadores contratados que actualmente trabajamos en España quisiéramos puntualizar tres cuestiones para evitar malos entendidos y falsos engaños.
1. Gran parte de las quejas que el colectivo de investigadores en el extranjero plantea se refiere a que para optar a uno de estos contratos se requiere una carta de aceptación del centro. Para ellos, esta carta es una clara excusa para 'proteger al candidato de la casa'. Para nosotros, es un requisito que limita la movilidad de los investigadores.
2. Cuando los investigadores en el extranjero achacan todas sus dificultades a la carta de aceptación, se están engañando. En la mayoría de los casos, los 'candidatos de la casa' son investigadores competentes que han realizado una estancia en el extranjero de 2, 3, 4 o más años, con becas del ministerio, Marie Curie, EMBO o cualquier otra de reconocido prestigio, y que posteriormente volvimos a España gracias al Programa de Reincorporación del Ministerio de Educación. Nosotros, en nuestra época, también necesitamos una 'carta de aceptación' en forma de 'incorporación a un proyecto de investigación' ya concedido a un grupo. Y conseguimos uno de estos contratos en competencia con otros investigadores que habían estado un mínimo de 24 meses en el extranjero.
3. Tras 3, 4 o 5 años de contrato, muchos de nosotros no hemos tenido ni la opción de presentarnos a una oposición, ya que el número de plazas ofertadas en estos años ha sido muy inferior al número de 'reincorporados'. Por tanto, se ha creado una 'gran bolsa de investigadores en espera'. En espera de cualquier cosa que el ministerio tenga a bien ofrecernos, por ejemplo, el pRyC.
Evidentemente, los cerebros en el extranjero tienen que ser recuperados, pero ¿qué pasa con los cerebros que ya fueron recuperados en su día? ¿Tiramos a la basura a unos investigadores de valía y competitividad demostradas? ¿Nos olvidamos de ellos? ¿Han pasado a no existir, ya que no están en el extranjero? Sin embargo, seguimos aquí, y seguimos siendo productivos. El problema del pRyC es que se olvidó de ofrecer dos tipos de contratos: para investigadores con menos de 10 años de experiencia o con más de 10 años de experiencia (Programa Nacional 2000-2003, modalidades A10 y A11).
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